Un restaurante de comida mexicana que abrirá en Amarillo, Texas, ha desatado polémica por su nombre e incitación al racismo y a la xenofobia. Se llama: Big Beaners.

El término beaners o frijoleros se usa despectivamente en Estados Unidos para referirse a los mexicanos o personas de ascendencia mexicana. Por eso, crece la indignación en redes sociales.

Un grupo de internautas se ha manifestado para que cambien el nombre del establecimiento e incluso se ha creado una petición en Change.Org para que el propietario retire los letreros racistas que tienen como imagen a un frijol marrón con botas, sombrero y bigote.

“Jesse Quackenbush, un abogado blanco estadounidense en Amarillo, TX, abrirá un restaurante el 19 de junio de 2020 que servirá principalmente burritos y café. El único problema es que Quackenbush ha nombrado a su establecimiento, Big Beaners”, señala la petición creada por Ali Ramos.

“Es una vergüenza absoluta y una muestra repugnante de racismo descarado que no es digno de Amarillo, TX. Quackenbush no merece nuestro dinero y su negocio xenófobo solo debe abrirse si hay un nuevo nombre y logo. No permitamos que nuestra hermosa ciudad multicultural se vea empañada por este restaurante”, agrega.

La petición ya fue firmada por más de 4,500 personas.

El dueño del restaurante, Jesse Quackenbush, negó que sea racista. En declaraciones para el medio AB7 News, dijo que le puso ese nombre “simplemente” porque vendrá frijoles, café y comida mexicana.

“No hay intención de racismo detrás de ese letrero, el letrero simplemente trata de conectar la marca con el producto. Queríamos incluir la cultura latina en nuestra mascota”, apeló.

Abel Vázquez, de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, considera que sí es un término ofensivo, como mojados o dirty mexicans.

La Cámara de Comercio Hispana de Amarillo aclaró que no ha tenido contacto con Jesse Quackenbush.

“Hemos recibido muchas quejas y preguntas con respecto al nombre del restaurante. Escuchamos las preocupaciones y entendemos. El AHCC es una organización comercial y no una organización de derechos civiles”.

El caso sale a la luz después de la muerte del afroamericano George Floyd, a quien un policía blanco asfixió durante al menos 8 minutos. Las protestas contra el racismo han estallado.

La mayoría de estadounidenses cree que su país no ha progresado lo suficiente hacia la igualdad racial.

Siete de cada 10 afroamericanos dicen que las relaciones raciales son malas, y la mitad cree poco probable que los negros tengan los mismos derechos que los blancos, según un informe de Pew Research Center.

Los adultos negros son, con mucho, los más propensos a decir que el país no ha ido lo suficientemente lejos: el 78% dice esto, en comparación con el 37% de los blancos y el 48% de los hispanos.