Por: José Luis Jara

Ures, Sonora.- María Auxiliadora Haro Romo, integrante del movimiento Pueblo Unido en Defensa de la Cuenca del Río Sonora, denunció públicamente haber recibido una nueva amenaza de desaparición forzada, la segunda en los últimos meses, presuntamente vinculada a su activismo en defensa del agua y del territorio en la región de Ures.

En un comunicado dirigido “a la comunidad de Ures, sus comisarías y a toda la nación”, Haro Romo expresó que el pasado 26 de octubre fue advertida de que debía abandonar el municipio antes del 14 de noviembre, bajo la amenaza de ser “levantada por la fuerza” si permanecía en la zona. De acuerdo con su testimonio, los agresores señalaron que “traerán gente de fuera” para ejecutar las amenazas, “vestidos como si fueran parte del gobierno”.

“Estas órdenes vienen de arriba”, indicó Haro Romo en su comunicado, refiriéndose a voces que -según afirma- están relacionadas con el Ayuntamiento de Ures y que buscan “intimidar y presionar al pueblo para que acepte proyectos que ponen en riesgo el agua y la vida de nuestra región”.

La defensora, reconocida por su participación en asambleas y acciones comunitarias contra la construcción de las presas Puerta del Sol y San Miguel, aseguró que las amenazas evidencian “el alcance de los intereses poderosos que se oponen a la organización ciudadana”.

“El silencio ya no es opción. Lo hago con fe, con la conciencia tranquila y con la esperanza de que el pueblo de Ures despierte y vea lo que está ocurriendo”, manifestó.

Haro Romo enfatizó que no busca generar conflicto, sino protección, verdad y justicia, y responsabilizó a los tres niveles de gobierno -municipal, estatal y federal- por cualquier daño que pudiera sufrir ella o los integrantes del movimiento.

“El pueblo tiene memoria. Y la historia dejará claro quién defendió la vida y quién la amenazó”, añadió.

El movimiento Pueblo Unido en Defensa de la Cuenca del Río Sonora mantiene su postura firme en contra de los proyectos hidráulicos impulsados dentro del Plan Hídrico de Sonora, promovido por el gobierno estatal. Según los activistas, dichas obras representan una amenaza para los ecosistemas y las comunidades ribereñas del río Sonora y del río San Miguel.

“Decimos no a las presas, porque el agua es vida y la vida no se negocia”, concluyó Haro Romo en su mensaje, reafirmando su compromiso con la defensa ambiental y los derechos de las comunidades rurales.