Por Alán Aviña / Uniradio Noticias

Hermosillo.-   El Mercado Municipal No. 1 José María Pino Suárez, del Centro de Hermosillo, con todo su folclor y su historia, sus tazas de café y la mezcla de sabores, está a punto de ser suspendido totalmente.

Así lo determinó una verificación sanitaria realizada por la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coesprisson) del 23 de enero y notificada al administrador Carlos Altamirano el 15 de febrero, y de la cual, la Unión de Locatarios ha solicitado un par de prórrogas para cumplir con las adecuaciones para seguir operando.

La realidad es que el Mercado Municipal No. 1 es una bomba de tiempo. Según la verificación, hay paredes y muros en mal estado, vidrios quebrados en la parte alta de los ventanales, cajas de térmicos sin tapaderas en la techumbre, drenaje dañado y estancamiento de agua que representa peligro para el desarrollo de enfermedades transmitidas por vectores.

Además, el acceso suroriente del Mercado se encuentra detenido por andamios, aunque ya se puede notar el desprendimiento de la estructura de la edificación. Y ante esto, poco se puede hacer, según Miguel Ángel Figueroa Gallegos, Presidente del Patronato Pro Obras del Centro Histórico.

“Es un problema estructural, y pues eléctrico, y todos los problemas que tiene el Mercado. Lo que urgía era quitar esos andamios de ahí. Nos acercamos y nos llevamos la sorpresa que nos dicen que ellos tienen el recurso para arreglar eso (Cidue), pero todo está detenido por el INAH, porque no ha permitido que se pueda hacer nada en el Mercado Municipal”, dijo.

Desde el 2017, fecha en que fue cerrada y apuntalada la entrada suroriente del Mercado, autoridades municipales y estatales han luchado por hacer la rehabilitación del inmueble, pero no se ha obtenido autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Aunque el Mercado no está declarado como Monumento Histórico, está sujeta a preservación debido a que el inmueble representa la influencia estilística de la arquitectura porfiriana, de acuerdo a un oficio de la delegación del INAH enviada al Consejo Estatal de Concertación de Obra Pública (Cecop) en octubre del 2018, al negárseles un proyecto de rehabilitación de instalaciones eléctricas, otro de los problemas añejos del inmueble.

La preservación del inmueble deriva también de la importancia de la zona comercial histórica como tal, con antecedente en el Parián, instaurada en el México Virreinal.

De acuerdo al cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda, el Mercado Municipal –que originalmente se nombraría Pascual Orozco-, se construyó para celebrar el centenario de la Independencia en 1910.

Durante la Revolución Mexicana se pararon las obras en 1911, y tras levantarse Orozco contra Madero, al reiniciar en 1912 la construcción, decidieron quitarle su nombre y ponerle el del Maderista que falleció durante la Decena Trágica, José María Pino Suárez.

“Entonces esa tradición del mercado público, es una tradición española de siempre, el mercado municipal, el mercado comunitario de una población y el estilo arquitectónico es el estilo que le imprimió el ingeniero Felipe Salido, que hizo muchas construcciones en el Estado”, comentó el cronista.

En 1913 abrió de manera oficial al público el Mercado, y de acuerdo al cronista, los ornatos en los cuatro accesos y en los ventanales fueron agregados posteriormente, y corresponden a la escuela Neoclásica, famosa en la arquitectura del norte de México posrevolucionario.

En su interior, se fundaron el Café Panchita, en 1917, el Elvira en 1936, el café Don Cele en 1958.

“Y el mercado desde entonces ha sufrido algunas remodelaciones, principalmente, el piso, el drenaje, se cambiaron los locales con azulejo y la barra que tiene ahora. Eso es principalmente lo que se ha arreglado del mercado a lo largo de su historia, el techo, los baños, pero la estructura principal del mercado no ha cambiado”, contó.

Actualmente, la Coordinación de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Ecología (Cidue) mantiene un proyecto en realización para abrir el acceso suroriente que está cerrado. Hay recursos, y pláticas con el INAH, y se espera que pronto se esté solicitando autorización, indicó su titular, José Eufemio Carrillo Atondo.

“Pero nuestra actuación como Cidue en particular, se limita a esa puerta que estoy señalando, porque el inmueble está administrado y operado por particulares. El dinero público que nosotros manejamos no contempla intervenciones en edificios particulares. Por qué sí la puerta, porque es un tema de protección civil, y de imagen, y tenemos que resolverlo por urgencia”, comentó.

La Unión de Locatarios, dijo Migdelina Castillo, su presidenta, se reunirá la próxima con la Coesprisson para verificar los avances de las remodelaciones necesarias para no ser suspendidos totalmente.

No obstante, otros comerciantes del Mercado, han comenzado a hacer adecuaciones en cada uno de sus locales, en tanto, Cidue, Cecop y Cmcop, tienen autorización en sus proyectos para abrir la puerta suroriente y resolver las instalaciones eléctricas.

Pero el riesgo sigue latente para los comensales, los locatarios y todos los que disfrutan un paseo de historia por el interior del inmueble dedicado a uno de los maderistas más conspicuos del periodo revolucionario.

“Es una de las entradas principales que tiene el Mercado, esquina con Matamoros, pero creo que es un tema de seguridad, ¿no? Es un tema de seguridad, está peligroso esa entrada, está casi totalmente despegada, creo que la pregunta que hay que hacerse es: si hay un accidente, ¿quién es el culpable, no?”, se preguntó el presidente del Patronato Pro Obras.

El Centro INAH en Sonora informó de manera oficial que se mantiene el diálogo con las autoridades estatales y municipales para establecer los proyectos integrales de rehabilitación.

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