Andrés Manuel López Obrador es ya el nuevo Presidente de México y hoy arranca su proyecto político con el que busca erradicar la corrupción.

 

 

 

La tercera sí fue la vencida para Andrés Manuel López Obrador, quien por 12 años buscó serPresidente de la República y finalmente lo consiguió rompiendo récords: obtuvo 53.19 por ciento del total de la votación; logró una mayoría a su favor en el Congreso, y con Morena ganó cinco de las nueve gubernaturas en disputa.

La frase de que la tercera era la definitiva la repitió a lo largo y ancho del país durante su campaña presidencial, pero fue en la explanada del Instituto Nacional Electoral (INE) donde la comenzó a decir, pero también donde tuvo mayor relevancia porque estaba acompañado de mineros que apoyaban al entonces auto-refugiado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia y de maestros disidentes de la cúpula sindical del SNTE.

Y con estos apoyos, pero también con un pleito interno en el PAN, un PRD borrado de la vida pública, malas evaluaciones del gobierno de Enrique Peña Nieto y con un PRI que reformó sus estatutos para que los externos pudieran ser candidatos presidenciales, López Obrador se alzó con un triunfo que le dio la vuelta al mundo.

¿Pero cuál fue la diferencia entre esta tercera campaña con las de 2006 y 2012? El mensaje y la estrategia electoral de ganarse la simpatía de los mexicanos del norte del país.

El discurso, a diferencia de 2006, fue mucho más matizado. Ya no era el López Obrador estridente que señalaba a sus adversarios con calificativos, aunque esta prudencia quedó a un lado en el segundo debate presidencial cuando bautizó al candidato de la coalición PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya, como Ricky Riquín Canallín, o cuando acusó a empresarios, como Claudio X. González, de estar detrás de una campaña de desprestigio pagando un documental sobre el populismo, donde aparecía el tabasqueño.

Fue un discurso que enfatizaba palabras y frases como amor y pazamor al prójimo desterrar la corrupciónvender el avión presidencialabrir las puertas de Los Pinosabrazos, no balazosbecarios sí, sicarios no.

Sobre todo era un discurso dirigido a sectores de la población específicos. Por ejemplo, en las ciudades fronterizas del norte se centraba en la creación de una zona franca que compita con las ciudades vecinas de EU.

La promesa principal en ciudades como Tijuana, Nogales, San Luís Río Colorado, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros o Piedras Negras era reducir impuestos, crear trabajos y subir al doble el salario mínimo.

Los temas que se mantenían en todas las plazas fueron las propuestas para becar a 2 millones 600 mil jóvenes que no estudian ni trabajan, ninis, pues su discurso central era que por más de 30 años fueron desatendidos y muchos, al no sentir apoyos, tomaban el camino de las conductas antisociales, convirtiéndose en halcones que avisan a los criminales quiénes entran y salen de los pueblos.

Sin embargo, el tema que nunca dejó de mencionar fue la educación y casi siempre al final de su intervención prometía la derogación de la Reforma Educativa, lo que sumaba más apoyos del SNTE y de la CNTE.

DEFENSA DEL VOTO

Al conocer las necesidades de las regiones, López Obrador en esta ocasión dividió al país en cinco regiones, pero lo destacable fue que en las más complicadas –las del norte- puso como responsables a dos experimentados políticos.

En la uno, integrada por Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora, operó Marcelo Ebrard. La dos: Aguascalientes, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, fue de Ricardo Monreal. La tres: Veracruz, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, la coordinó Julio Scherer Ibarra.

La cuarta: CDMX, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo, Puebla, Guerrero- la tuvo Rabindranath Salazar ,y la quinta: Edomex, Michoacán y Colima, la coordinaba Bertha Luján.

Con estos cuadros operativos, López Obrador hizo tiros de precisión, pues en lugares donde votaban por el PRI, PAN o PRD, logró ganar la presidencia de México.

REBASÓ TODAS LAS APUESTAS 

  • SU TERCERA CAMPAÑA LA GANÓ DERROTANDO A JOSÉ ANTONIO MEADE, DEL PRI, Y A RICARDO ANAYA CORTÉS, DEL PAN.
  • MILES DE PERSONAS SALIERON LA NOCHE DEL 1 DE JUIO A LAS CALLES DEL CENTRO DE LA CDMX PARA CELEBRAR EL TRIUNFO DE LÓPEZ OBRADOR.
  • LA CORRUPCIÓN Y EL COMBATE A LA POBREZA FUERON LOS TEMAS CENTRALES EN LOS QUE EL TABASQUEÑO BASÓ SUS PROMESAS DE CAMPAÑA.
  • FUE UNA DE LAS ELECCIONES MÁS VIOLENTAS, CON MÁS DE 100 POLÍTICOS ASESINADOS EN ESTADOS CON ALTOS ÍNDICES DE VIOLENCIA DE TODOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS.

Por FRANCISCO NIETO

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