Hermosillo, Sonora; Mayo 05 de 2018.- El personal operativo de los panteones municipales de Hermosillo ejecuta con estricto apego a la normatividad de la Secretaría de Salud los procedimientos de exhumación de cadáveres y éstos en ningún momento involucran el almacenaje de los restos aclaró José Ignacio Mátuz Cruz.

El Subdirector operativo de esta área de la Coordinación de Servicios Públicos Municipales consideró importante precisar ante la opinión pública cuáles son los protocolos para este tipo de procedimientos, los cuales se activan a solicitud de los familiares y concluyen con una disposición final adecuada de los féretros retirados.

Quienes los realizan, explicó, utilizan ropa, cubrebocas y guantes de latex desechables, y estos últimos se refuerzan con guantes de carnaza al momento de manipular los ataúdes, los cuales una vez sacados de las tumbas son llevados a un área especial del relleno sanitario, donde se les entierra.

El funcionario dejó en claro que la normatividad para estos casos es muy precisa y rigurosa y los procedimientos bajo ninguna circunstancia incluyen arrojar restos óseos con material orgánico en bolsas negras, y menos embodegarlos en algún espacio de los panteones municipales.

Aclaró lo anterior en respuesta a las afirmaciones que Salvador Díaz Holguín, dirigente de uno de los dos sindicatos de empleados del Ayuntamiento de Hermosillo, hiciera en una entrevista periodística para una radio de la localidad, en la cual afirmó que cadáveres que aún expiden líquidos se colocan en bolsas de plástico y se acumulan en una bodega.

Mátuz Cruz precisó que las exhumaciones nunca se realizan sin la intermediación de una agencia funeraria contratada por el familiar solicitante del procedimiento, ya que es a ésta a la que se le entregan los restos.

Que los restos áridos jamás se colocarían en una bolsa plástica previo a entregarlos a la agencia funeraria, ya que para este propósito se le solicita a los familiares una sábana, al igual que un permiso especial expedido por la Secretaría de Salud.

Dijo también que no procede abrir tumbas con antigüedad menor a 7 años y que a los familiares se les advierte de la cancelación del procedimiento si se detecta material orgánico distinto a huesos y todo se vuelve a enterrar.

Comentó que los motivos más comunes para solicitar la exhumación de un cadáver es para cremar los restos una vez retirados; para agregarlos al féretro de otro familiar utilizando la misma fosa o bien para reubicarlos en otro lugar.

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