Por: Gamaliel González | El Imparcial

Migrantes originarios de África han tomado la Central de Autobuses de Hermosillo (CAH) como albergue y están varados en el sitio debido a que las empresas de autobuses tienen fuertes restricciones para vender a extranjeros un pasaje con dirección al Norte.

Samba, de 43 años de edad, es originario de la República Islámica de Mauritania, un país vecino de Nigeria, donde el idioma oficial es el árabe, pero también domina el francés; ambas lenguas son poco conocidas en la capital sonorense.

Con señas explicó que tenía un par de días durmiendo por fuera de la central, al día de la entrevista, no se había alimentado y buscaba a una persona que le auxiliara a recibir una transferencia bancaria.

Cuando encuentra a alguien que le ayude, se conecta con una persona que sí habla español mediante una llamada telefónica. El hombre detrás del móvil identificado Hamed Lami da pocas respuestas de lo que pasa.

“Son de Mauritania, en África, ahorita no van a Estados Unidos van a trabajar en Tijuana”, señaló.

Samba dijo en español y con señas que él confía en las personas que se le acercan a ayudarlo y espera que con el dinero que reciba (con la transferencia bancaria) pueda irse a un hotel a descansar, bañarse y dirigirse a Tijuana, donde espera trabajar.

Por fuera de la central está sentado Diaro Tcherno, de 50 años de edad, quien trae una mochila y ahí guarda un pasaporte, lo muestra y el documento indica que su lugar de origen es Mauritania, en su caso sólo habla el idioma árabe de su región.

Los migrantes caminan en la Central de Hermosillo con vestimentas típicas, en familia, las mujeres cargan niños, y se retiran a sitios cercanos, otros van a comer a los restaurantes y taquerías que están alrededor.

Se comunican como pueden

Carlos Talavera, un taquero que atiende a las personas originarias de África, comentó, que con señas y palabras cortas de inglés y español y con el traductor de Google es como logra dar el servicio.

“Con puras señas, hay algunos que traen el traductor en el teléfono, le ponen el traductor y hablan. Llegan preguntar que si qué es, y a puras señas, ‘beef, beef’. Pero la mayoría busca pollo y cuando no lo encuentra por aquí vienen”, mencionó.

A la hora del pago de la comida es un enredo, indicó, porque es difícil explicar el costo del taco, que se cobra de forma individual, al final pagan en peso mexicano.

“Esto no había pasado hasta ahora últimamente, antes habían estado pasando de diferentes países de aquí de Centroamérica, Colombia, Venezuela, peruanos”, dijo Abel Talavera, otro vendedor de tacos.

Restringen pasajes

En un recorrido por las centrales de Albatros, TAP y Tufesa confirmaron que tienen fuertes restricciones para vender a extranjeros pasajes con dirección hacia la frontera por parte del Instituto Nacional de Migración (INM).

“No le vendemos boletos a extranjeros hacia la frontera norte, aunque traiga permiso y los papeles en regla no se le vende hacia frontera, le puedo vender a otra parte, pero hacia el norte no”, dijo una de las vendedoras de boleto.

Estas restricciones que al parecer hizo el INM son para evitar que se presenten más casos de secuestros o extorsiones en afectación a los migrantes, según declaró un empleado de la línea autobús.

De acuerdo a los trabajadores de las líneas de autobuses la única forma de llevar a los africanos hacia el norte de México es mediante vehículos particulares como camionetas o sedán.

Orlando Salazar Campoy, gerente de la Central de Autobuses de Hermosillo (CAH), comentó que los migrantes de los países africanos mantienen entre ellos una comunicación vía teléfonos celulares, se advierten de los peligros y se comparten los sitios en que sienten estarán seguros.

El pasado 27 de julio la Secretaría de Seguridad Pública de Sonora informó del rescate de 56 personas migrantes de diferentes nacionalidades en Sonoyta, el 29 de julio el INM indicó que rescataron a 154 migrantes africanos en este sitio fronterizo y el 10 de agosto la FGR informó del rescate 128 migrantes.

“Aquí en la Central llegamos a tener más de 200, las salas saturadas, en un día aquí llegaban a saturarse más de 100, ahorita es casi nada, he estado checando el circuito cerrado y en la noche se ven entre 10 y 15 esperando”, comentó.

Se acercan al INM

El gerente de la Central declaró que se han acercado al INM en Hermosillo para pedir apoyo para estas personas que han observado que se han deshidratado y entre los propios trabajadores han comprado barras de pan para alimentarlos.

“Pero son demasiados y ya la verdad nuestros recursos no son suficientes para mantenerlos”, dijo.

La información que recibió por parte del INM es que estas personas tienen una estancia ilegal en México y les dan un permiso de 30 días para que se dirijan a la frontera Sur del País, siendo la mayoría de África.

Explicó que con algunos migrantes ha tenido conversaciones en inglés y la forma en que llegan a México es diferente, algunos lo hacen en avión, barco y en promedio tienen viajando más de un mes para llegar a distintos destinos de manera ilegal a los Estados Unidos.

“A las autoridades pido que nos apoyen, son seres humanos y la verdad nosotros no tenemos la capacidad para una estadía digna, ellos están cansados, necesitan dormir, descansar, se acuestan en el piso, a veces en la sala de espera y tienen hambre y tienen sed”, expuso.

Salazar Campoy manifestó que las empresas de autobuses tienen una restricción en la venta de boletos de pasajes a extranjeros por parte del INM porque no acreditan su legal estancia en México.

La restricción de boletos es una cancelación total de pasaje a extranjeros en la CAH, refirió, esta medida la aplicaron a partir del lunes 14 de agosto y desde entonces estas instalaciones sólo han sido un refugio para migrantes.

Solicitan revisión

Ante esto la CAH solicitó al INM un punto de revisión de documentos dentro del inmueble para que sea legal la venta de boletos a migrantes.

Jesús Alonso Durón Montaño, Comisario Operativo de la Policía Municipal, señaló que hace cerca de un mes les llegó un reporte de extorsión en la Central de Autobuses y desde entonces trabajan en coordinación con la Guardia Nacional en la vigilancia del lugar.