El presidente Andrés Manuel López Obrador rechazó una intervención de las fuerzas armadas de Estados Unidos en México para realizar tareas de seguridad y de combate al narcotráfico, como proponen algunos legisladores de ese país.

El mandatario descalificó la propuesta del senador republicano Lindsey Graham para usar la fuerza militar en México para combatir a los cárteles de narcotráfico, tras el secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en la ciudad de Matamoros Tamaulipas ocurrido el pasado 3 de marzo.

No vamos a permitir que intervenga ningún gobierno extranjero y mucho menos que intervengan fuerzas armadas de un gobierno extranjero en nuestro territorio”, dijo el presidente en su reunión con medios del 9 de marzo. “Si no cambian su actitud y piensan que van a utilizar a México con sus propósitos propagandísticos, politiqueros, electoreros nosotros vamos a llamar a que no se vote por este partido”.

Previamente, el senador republicano por Carolina del Norte, Lindsey Graham anunció que presentará una iniciativa para permitir al Ejército estadounidense enfrentar a los grupos del crimen organizado en México, además de calificar a algunas de estas organizaciones criminales como organizaciones terroristas.

Yo pondría a México sobre aviso… Si continúas brindando refugio seguro a los traficantes de drogas de fentanilo, entonces eres un enemigo de Estados Unidos”, dijo el senador republicano en un programa de la cadena conservadora Fox News.

La propuesta de Graham surgió tras el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, por un grupo de hombres armados. Luego de varios días, el gobernador de la entidad, Américo Villarreal informó el rescate de dos de ellos con vida, así como el asesinato de los otros dos.

La posibilidad de nombrar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas no solo fue descalificada por el gobierno de López Obrador, pues la administración del presidente de Estados Unidos, Joseph R. Biden, también la descartó.

Su designación no conferiría autoridad adicional a la administración del presidente Biden para su combate, dijo en conferencia Karine Jean-Pierre, vocera de la Casa Blanca.

“Estados Unidos tiene poderosas autoridades sancionadoras específicamente designadas para combatir a las organizaciones narcotraficantes y a los individuos y entidades que las posibilitan.  No hemos tenido miedo de utilizarlas”, agregó.

Además de la iniciativa planteada por el senador Graham, el secuestro de los ciudadanos estadounidenses revivió una propuesta presentada en enero por el congresista republicano Dan Crenshaw, que busca autorizar el uso de la fuerza militar para el combate a los cárteles mexicanos.

La iniciativa, presentada en conjunto con el también republicano Mike Waltz, justifica el uso de la fuerza militar en las cientos de miles de muertes anuales por sobredosis ocasionadas por la llegada de fentanilo a Estados Unidos a manos del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación.

En respuesta, el presidente López Obrador agregó que México no es responsable de la producción y distribución del fentanilo, ni tampoco de los problemas de inseguridad que provoca, por lo que llamó a las autoridades de Estados Unidos a hacerse cargo del combate al consumo de esa sustancia ilícita en aquel país.

“Ellos no combaten la distribución de fentanilo en Estados Unidos, los cárteles en Estados Unidos que se encargan de distribuir el fentanilo y, más a fondo, por qué no atienden a sus jóvenes, por qué no atienden su problema grave de descomposición social”, dijo el mandatario en el encuentro celebrado en el Centro de Inteligencia de la Guardia Nacional en Ciudad de México.

López Obrador exigió respeto a los legisladores e incluso advirtió que llevará a cabo una campaña en Estados Unidos para llamar a los ciudadanos de origen mexicano a no votar por el Partido Republicano.