Caitlyne Gonzales no ha sido la misma desde el 24 de mayo, cuando perdió a su mejor amiga y asesinaron a varios de sus compañeros. La pequeña no ha podido dormir sola en cinco meses y ahora alza su propia voz ante la falta de protección de la policía durante el tiroteo en la Escuela Primaria Robb.

“Soy una activista. Yo uso mi voz para mis amigos que perdí el 24 de mayo, porque ellos (los agentes) no hicieron nada para protegernos a mí y a mis amigos el 24 de mayo”, dice Caitlyne, quien tiene tan solo 10 años.

“Si ellos no van a hacer algo respecto, nosotros lo haremos”, recalca.

El 24 de mayo, Caitlyne estaba en el salón de clases frente al cual asesinaron a la maestra Eva Mireles, cuenta Gladys González, madre de Caitlyne.

La mujer de 40 años ha notado los cambios por los que ha pasado su hija. Entre ellos, menciona que la pequeña ha sentido rencor y enojo por los retrasos de la policía, que entiende podrían haber ayudado a sus amigos sobrevivir.

“Ella tenía mucho rencor, porque pues ella estuvo 77 minutos en la espera de la ayuda, la cual nunca llegó”, dice Gladys González.

“¿Por qué su mejor amiga (Jackie Cázares) no recibió la ayuda? Tal vez ella pues habría podido sobrevivir y a consecuencia de eso ella se siente con ese rencor,” suelta la madre sobre el pesar de su hija.

Así pide Caitlyne Gonzales justicia por sus amigos

Caitlyne está sentada sobre su cama, usando un pin que dice el nombre de su mejor amiga, Jackie Cázares.

También tiene un pequeño altar con la Virgen de Guadalupe y las imágenes de algunos de sus compañeros que no sobrevivieron a la masacre en la escuela primaria.

Desde entonces, la niña de 10 años ha ido a protestas y hasta a Washington DC a pedir justicia junto con algunas organizaciones y a conversar con líderes nacionales.

Incluso, Caitlyne reclamó a la mesa directiva, cuando estaban en las juntas para decidir si iban a despedir al Jefe de Policía del distrito escolar de aquel entonces, Pete Arredondo.

“Vengo aquí hoy para emitir una declaración. Si es el trabajo de la policía proteger y servir, ¿por qué no protegieron y sirvieron a mis amigos y maestras el 24 de mayo?”, cuestionó Caitlyne en una junta pública del distrito escolar, el pasado 24 de agosto.

“Tengo mensajes para Pete Arredondo y toda la policía que estuvo ahí ese día: ¡Entrega tu escudo y salte, no mereces usar uno!”, exclamó la pequeña. Una multitud se puso de pie para aplaudir a su mensaje.

Por ahora, Caitlyne y su madre se encuentran solicitando recursos de la comunidad a través de un GoFundMe para sus costos de terapia.

Gladys González recuerda, además, cómo fue que su hija pudo estar a salvo: un equipo táctico rompió la ventana de su salón de clases y sacaron a los niños “en segundos”.

La vida de la pequeña activista Caitlyne Gonzales

El cuarto de la pequeña activista de 10 años luce como un lugar de cualquier niña de su edad, con peluches, juguetes tipo “fidgets”, una guitara y luces de colores.

Caitlyne además es fanática de Bad Bunny y siempre logra provocarle una sonrisa. Ella tiene uno de sus libros para colorear y unos zapatos con la imagen del álbum ‘Un Verano Sin Ti’.

Sigue recordando a Jackie Cázares, su mejor amiga, como “muy pequeña, buena, graciosa y amable”.

De momento, Caitlyne sigue sin poder dormir sola a raíz de lo que ocurrió en su escuela. “Esa es nuestra realidad”, narra su madre.

Por lo pronto, la niña busca tener un perrito muy pequeño para poder sentirse acompañada, dice la pequeña activista.

“Quiero un perrito para acurrucarme y dormir con él”, expresa.