Los mexicanos crecimos rindiendo honores al lábaro patrio, cada lunes, ceremonia en la que el Himno Nacional también era protagonista. Las notas compuestas por Jaime Nunó y letra de Francisco González Bocanegra, se entonan a todo pulmón en las escuelas públicas y privadas del país, aunque es importante destacar que en prácticamente en ninguna de estas ocasiones se cantó completo.

De acuerdo con la historia, originalmente el himno se componía de 10 estrofas, pero a lo largo de los años se ha formalizado en cuatro. Fue en 1854 que el español y el mexicano compusieron la música y la letra respectivamente, pero hasta 1943 se convirtió en uno de los tres símbolos patrios al lado de la Bandera y el Escudo.

La música que representa al país no ha estado exenta de la polémica y los mitos, siendo la que marca que sus derechos de autor pertenecen a una empresa de Estados Unidos.

Todo se remonta a 1959 cuando la Sociedad Repertorio Wagner, S. A., hizo pública una partitura para que se pudiera interpretar el Himno Nacional Mexicano ya que en el decreto de 1943 no se contenía una anexa, debido a esta situación hubo diarios que dieron a conocer una noticia falsa en la que se decía que la empresa citada tenía la propiedad del símbolo patrio, de hecho hasta se llegó a correr una rumor de que cada lunes los estudiantes de las escuelas debían pagar por cantarlo durante sus ceremonias.

Los expertos refieren que una obra tiene dos tipos de derechos: patrimonial y moral, el primero es el que hace referencia a cobrar y el segundo a quien se le atribuye la autoría, siendo este el que poseen Gonzáles y Nunó a quienes se les reconoce como las mentes detrás.
También hay rumores que afirman que el español vendió a los ciudadanos estadounidenses Harry Henneman y Phil Hill el derecho a la música, no obstante, la Ley de derechos de autor del vecino del norte marca al Himno Nacional Mexicano como del dominio público, igual que en México, por lo que nadie puede obtener regalías de su entonación.

Además, es de recordar que debido al decreto que se publicó en el 43 nadie puede cambiarle la letra, la entonación, es por ello que algunos artistas que se han olvidado en momentos importantes de cómo debe ser cantado suelen ser llamados por la Secretaría de Gobernación.