Por: Alessandro Ford | InSight Crime

Las autoridades mexicanas interceptaron varios vuelos que transportaban drogas sintéticas hacia el estado de Sonora, al norte del país, lo que plantea el interrogante de si este territorio limítrofe está adquiriendo relevancia como corredor de tráfico hacia Estados Unidos.

El 8 de abril, el ejército mexicano y la Fuerza Aérea obligaron a una avioneta desconocida a desviar su curso y decomisaron los más de 370 kilos de drogas que la aeronave dejó caer en su huida; entre estos había 276 kilos de metanfetaminas y 49 kilos de fentanilo, según un comunicado oficial de la Secretaría de Defensa.

Unos meses antes, el 24 de enero, las autoridades habían hecho una interceptación muy similar, al perseguir un avión que provenía de Culiacán. Cuando aterrizó en el municipio de Puerto Peñasco, en el estado de Sonora, las autoridades hallaron 39 kilos de metanfetaminas y 65 kilos de fentanilo, además de otras sustancias ilícitas.

Casi una semana antes, el 15 de enero, otra avioneta clandestina fue obligada a aterrizar en Puerto Peñasco. Esta vez se hallaron a bordo 433 kilos de metanfetaminas y 29 kilos de fentanilo. Además, a lo largo de 2021, en Sonora se hicieron importantes decomisos de aviones con drogas sintéticas a bordo.

Sin embargo, el tráfico aéreo no ha desplazado por completo otros métodos de tráfico en Sonora. En marzo, las autoridades mexicanas incautaron un cargamento de drogas que estaría a punto de despacharse, perteneciente presuntamente al Cartel de Sinaloa. En esta operación se decomisaron cerca de 1,9 toneladas de metanfetaminas y 57 kilos de fentanilo.

Análisis de InSight Crime

El rol de Sonora en el tráfico de drogas sintéticas está determinado por su geografía: por el oeste, recibe precursores químicos de Asia, que ingresan por el puerto de Guaymas; por el sur, limita con Sinaloa, principal productor de drogas sintéticas de México, y por el norte, limita con el estado de Arizona, en Estados Unidos.

En esas condiciones, “Sonora siempre ha sido un puerto de entrada importante”, afirma Cecilia Farfán-Méndez, experta en crimen organizado y jefa de los programas de Investigación en Seguridad en el Centro de Estudios Estadounidenses-Mexicanos de la Universidad de California, San Diego.

“[Ahora], las avionetas privadas son cada vez un tema de preocupación por el trasiego de drogas (hacia el norte)”, le comentó la experta a InSight Crime.

Llama la atención el hecho de que en los últimos años haya sido Baja California, vecino de Sonora, el que se ha posicionado como la superautopista de las drogas sintéticas en México. En los pasos fronterizos hacia Estados Unidos, las interdicciones de metanfetaminas y fentanilo se han concentrado de manera abrumadora en los puertos de entrada en California y entre ellos, según datos de decomisos del Servicio de Aduanas y Patrullaje Fronterizo (Customs and Border Patrol, CBP) de Estados Unidos.

Pero la participación de Sonora en el tráfico parece en aumento. En 2019, los medios mexicanos ya informaban sobre el aumento de los flujos de drogas sintéticas. Desde entonces, los datos del CBP muestran un notable incremento de los decomisos de fentanilo en la frontera de Estados Unidos con Sonora, más que en otros estados fronterizos.

La reciente avalancha de narcovuelos apunta a la misma conclusión, en especial dado que la Secretaría de Defensa solo reportó un decomiso similar en Baja California desde enero de 2021, a pesar de que en teoría los radares de la Secretaría monitorean por igual el espacio aéreo de ambos estados.

Un factor confuso que puede ocultar la creciente importancia de Sonora es que las drogas sintéticas en ese estado en ocasiones se trafican hacia Baja California para seguir su trayecto hacia Estados Unidos, según las autoridades mexicanas, pero rara vez en la dirección contraria. En estos casos, los datos de decomisos en la frontera que registran interdicciones en California no muestran su paso por Sonora, lo que enmascara la participación de este último en el tráfico.