Al sincretismo religioso del poblado mexicano de San Andrés Cholula, conocido por tener un santuario católico edificado sobre una pirámide precolombina, se le suma ahora la primera Iglesia Maradoniana en México, dedicada al fallecido astro del balón, Diego Armando Maradona

Los seguidores en México y el resto del mundo del estelar Diego Armando Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020, cuentan ahora en el estado de Puebla, centro de México, con un centro ceremonial para los aficionados del fútbol, un espacio casi tocado por la “mano de Dios”, frase del famoso futbolista.

EL “D10S” ARGENTINO

En el municipio de San Andrés Cholula, a unos 14 kilómetros de Puebla capital, se instaló el segundo sitio en el mundo para adorar al “D10S” argentino, ya que desde 1998 se había creado una iglesia de este tipo en Rosario, Argentina.

La Iglesia Maradoniana mexicana se encuentra a unas calles del Santuario de la Virgen de los Remedios, un templo católico ubicado en la cima de la Gran Pirámide de Cholula y que inició su construcción en 1594.

Al ingresar al lugar se entra a una dimensión futbolística única, donde el camino hacia “el altar” es de pasto sintético acompañado de tapetes en forma de balón, mientras que en los laterales se ubican las sillas para los “feligreses” las cuales está decoradas con camisetas de diferentes equipos tanto mexicanos como argentinos y europeos, así como de selecciones nacionales de todo el mundo.

En lo que representa la parodia del viacrucis de la religión católica tradicional, en los muros de este recinto se encuentran fotografías de alta escala donde aparece el llamado “Pibe de Oro” desde su infancia, hasta las imágenes más emblemáticas en su reunión con Fidel Castro, Lionel Messi y con el Papa Francisco.

Así como cuadros con portadas de periódicos nacionales de la muerte, logros y “milagros” en la cancha del “Pelusa”, como llamaban a Maradona.

CONTRA NINGUNA RELIGIÓN

El creador y fundador de la Iglesia Maradoniana, Marcelo Buchet, compartió a Efe que esta idea la traía en la cabeza desde hace muchos años, pero se intensificó y comenzó con la planeación de este espacio cuando Maradona falleció debido a una insuficiencia cardíaca aguda que le generó un edema pulmonar.

“Como estamos muy faltos de identidad, los argentinos no tenemos de donde agarrarnos y creo que entre Maradona y mi madre, no tenía otra causa; por ejemplo para los mexicanos la Virgen de Guadalupe, para mí, Maradona es lo más importante”, dijo Buchet, un argentino nacionalizado mexicano y que llegó a este país hace 20 años.

Además, precisó que esta iglesia “no está en contra de ninguna religión” y aseguró que allí los “fanáticos del fútbol pueden acudir con un ‘sacerdote’ a realizar bodas, bautizos o primeras comuniones”, ya que es un espacio abierto como cualquier capilla en playa o salón de fiestas, “donde no se le falta el respeto a nadie y pueden llevar a cabo sus eventos sociales”.

Buchet, aficionado del balompié desde niño, reveló que en 2018 conoció al astro argentino en su faceta como director técnico del equipo mexicano Dorados de Sinaloa y sintió una gran emoción, la cual lo hizo soñar con “ser tan grande como su ídolo”.

Recordó que le entregó una carta al “10” argentino, en la que le describía su admiración y le reconocía como el mejor jugador de Argentina en la Copa del Mundo de 1986 que se jugó precisamente en México y donde Maradona y Argentina levantaron el título, el segundo en la historia tras el de 1978 en su país.

Refirió que antes le gustaba el fútbol, pero que alcanzó el grado de fanatismo en 2018 durante la Copa del Mundo de Rusia 2018, cuando con sus compañeros de escuela coleccionaba un álbum de jugadores y comenzó ha seguir de cerca todo el acontecer de la justa deportiva y meses después conoció a su ídolo.

A pesar de que el lugar abrió esta semana ha tenido buena respuesta de los asistentes y tanto aficionados como curiosos pasan por el lugar, “elevan oraciones”, admiran las imágenes y tienen “momentos de reflexión”, gracias a la tranquilidad del lugar, el templo mexicano para el ídolo argentino.