Por: Eva Rivera Palacios

La desaparición de animales en el Centro Ecológico del Estado de Sonora parece convertirse en una actividad recurrente en los últimos meses, pues esta mañana nos encontramos con la noticia de que un lémur de cola anillada fue sustraído de la institución, luego de haberse reportado a las autoridades que se encontraron daños en la jaula del área de primates y que un espécimen no se encontraba dentro de ésta.

Sin embargo, no es el único robo que se ha notificado por parte del Centro, puesto que tan solo meses atrás, en mayo el 2020, se reportaron la desaparición de ejemplares de aves exóticas coloquialmente llamadas Coquenas y, tan solo cuatro meses después, la denuncia del robo de cuatro pericos -tres pericos cabeza amarilla y un cotorro argentino- del área de Safari. En este último incidente también fueron hurtadas seis astas de cérvidos de la familia de venados y un cráneo de wapiti, usados para la educación ambiental.

Otros robos que también podemos destacar ha sido el de 80 metros de cable eléctrico de cobre, de uso rudo. Como siempre, la Policía Municipal tuvo conocimiento de los hechos.

Con referencia a los pericos, Luis Molina Ruibal, director del Centro Ecológico, indicó que “no son especies únicas, no son tan exóticas, ni raras. Se los roban, hay gente que se dedican a robar aves para venderlas en los domicilios que se los piden, es algo parecido al robo de perros, es un mercado que lamentablemente existe”.

Centro Ecológico de Sonora

Desgraciadamente la delincuencia también ha volteado a ver a los animales como un blanco de negocio o beneficio propio, como lo es el tener un animal exótico como mascota o la venta ilegal de las mismos; delito que ha ido en aumento en los últimos años.

Tenemos un personal de vigilancia muy calificado, tenemos tres turnos con gente capacitada, pero como es sabido hay gente que roba, lo agarran de su deporte favorito, pasa en las escuelas, en el alumbrado público; pero nosotros tenemos estrategia de rondines, reportes, pero aun así nos roban”, detalló.

Molina Ruibal comentó que si bien existe protección y vigilancia en tres turnos, el Centro Ecológico comprende un territorio de aproximadamente 200 hectáreas; comentó que el lugar cuenta con 24 horas de vigilancia vía radio y tienen cámaras de video, pero al ser tan extenso es difícil vigilar a todos los animales a la vez.