“Será mentira, será verdad. Lo cierto es que como todo fenómeno social la narcocultura ha dado lugar a diversas manifestaciones de la imaginación colectiva”, afirmó el periodista Jesús Peña para el periódico Vanguardia.

La leyenda que relató se la contó un interno de un centro de rehabilitación que, por razones de seguridad, dijo, se reservó el revelar su identidad.

“Ahí tiene usted las modas, los estilos de vida, los corridos, por citar solo algunos de los productos que ha generado la vasta e inacabable industria del crimen organizado. Corridos y también leyendas urbanas, aunque ni crea que tan leyendas, porque algo tendrán de cierto, quién sabe”, escribió Peña.

La leyenda se la narró un adicto en recuperación: quien le platicó que otro adicto le contó lo que agentes de la Marina hacían con los "halcones" (Foto: Cuartoscuro)La leyenda se la narró un adicto en recuperación: quien le platicó que otro adicto le contó lo que agentes de la Marina hacían con los “halcones” (Foto: Cuartoscuro)

La leyenda, con “tintes de fábula escabrosa”, se la narró un adicto en recuperación: quien le platicó que otro adicto le contó lo que agentes de la Secretaría de Marina, en las épocas de las balaceras en Saltillo, Coahuila (posiblemente alrededor del 2011), hacían con los llamados halcones del narcotráfico.

Los halcones son vigilantes a sueldo de cárteles u organizaciones criminales.

“Será verdad, será mentira, vaya a saber, pero dicen que después de capturados por los marinos, los “halcones”, en su mayoría niños reclutados por la “maña”, eran subidos a helicópteros y arrojados al vacío en pleno vuelo.

“¿Eres halcón?”, cuestionaban los marinos. “Sí”, respondían los jóvenes. “¡A ver, vuela!”, les decían antes de aventarlos.

El relato lo escuchó Peña por primera vez alrededor del año 2013. No obstante, en años posteriores, lo volvió a oír “por boca de otras personas” y “en la calle” (Foto: Cuartoscuro)

El relato lo escuchó Peña por primera vez alrededor del año 2013. No obstante, en años posteriores, lo volvió a oír “por boca de otras personas” y “en la calle”. “Como le digo, no sé si sea mentira, si sea verdad”, dijo.

Le que sí asegura “de buena fuente”, afirmó, es que la mayoría de los muertos en la guerra contra el narcotráfico en la entidad federativa de Coahuila son “chamaquitos” procedentes de barrios populares y que cursaban la secundaria y la preparatoria.

Menores de edad que terminan en la morgue acribillados por balas de armas de fuego de la policía estatal o el Ejército mexicano.

“¿Eres halcón?, pos vuela”: la primera vez que el periodista escuchó la frase, “caló hondo y pensé en la historias de todos esos muchachos que creyeron encontrar en la empresa del narcotráfico una posibilidad de movilidad social y hallaron la muerte”.

La primera vez que el periodista escuchó la frase, “caló hondo y pensé en la historias de todos esos muchachos que creyeron encontrar en la empresa del narcotráfico una posibilidad de movilidad social y hallaron la muerte” (Foto: Cuartoscuro)La primera vez que el periodista escuchó la frase, “caló hondo y pensé en la historias de todos esos muchachos que creyeron encontrar en la empresa del narcotráfico una posibilidad de movilidad social y hallaron la muerte” (Foto: Cuartoscuro)

Peña describió la situación como un mal chiste, una película de humor negro, o el colmo de la ironía y el sarcasmo.

Por otro lado, en los últimos días, Guanajuato ha sido escenario de nuevos actos de violencia debido a la lucha entre los cárteles Jalisco Nueva Generación Santa Rosa de Lima. Este miércoles, en distintos puntos del municipio de Celaya fueron abandonados cuerpos descuartizados con narcomensajes firmados por ambos grupos criminales.

El primero de ellos se reportó poco después de las 05:00 horas en la carretera Celaya-Salvatierra, a la altura del puente a Rincón de Tamayo. Según los medios locales, se trataba del cuerpo de un hombre que fue abandonado con un narcomensaje.

“Aquí les dejamos a sus disque elites. Cártel de Santa Rosa de Lima sigue y seguirá laborando en todo el estado. No vamos a permitir el asentamiento del CJNG en el estado de Guanajuato. Atentamente: M1″.