Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), la agencia que asesora a los gobiernos de ese continente sobre la COVID-19, alertó hoy sobre confiar en la llamada inmunidad de rebaño.

“Por las características del virus y por lo que se sabe ahora de los diferentes países en términos de inmunidad poblacional, unos porcentajes de entre el 2 por ciento y el 14 por ciento que no son nada estimulantes porque dejan entre el 85 por ciento y el 90 por ciento de la población susceptible al contagio, el virus está alrededor de nosotros con una circulación mucho mayor que en enero y febrero [2020]”, dijo a The Guardian en una amplia entrevista.

De inmediato agregó: “No quiero sonar alarmista, pero sí creo que tenemos que ser realistas, no creo en absoluto que este sea el momento de relajarse”. También alertó que se espera un repunte pronto del coronavirus. “La pregunta es cuándo y cuán grande será”.

Una trabajadora sanitaria con un traje de protección acompaña a estudiantes hasta una ambulancia, en Minsk, Bielorrusia, el 21 de abril de 2020.

“Creo que ahora es cuando se empiezan a notar la presión. Por un lado, vemos los motivos económicos para las pequeñas y medianas empresas, pero también la experiencia de la gente que no puede ejercer las libertades que normalmente tiene, como ir a donde quieren ir o estar con quien quieren estar. Y esto representa un cambio bastante fundamental sobre nuestra forma de vida. Sobre todo ahora que los contagios están bajando y la gente cree que se ha acabado. Pero no se ha acabado, de ninguna manera esto se ha acabado”, comentó a The Guardian.

Pero esta no es la única voz que ha advertido sobre el peligro de implementar la inmunidad de rebaño durante la pandemia de la COVID-19. MIT Technology Review, la revista especializada en tecnología del prestigiado Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), alertó desde hace un mes que esperar a que simplemente las poblaciones adquieran la inmunidad de rebaño no es una opción. Actualmente la evidencia de Europa lo confirma.

“La percepción generalizada de que alguna vez fue política oficial británica dejar que el nuevo coronavirus se propague hasta que la población alcance la inmunidad colectiva es falsa. El Gobierno era demasiado optimista sobre lo fácil que sería aplastar la curva. Pero la idea ha ganado tanta fuerza en algunos círculos, alimentada por la especulación de que ya podríamos estar mucho más cerca de lo que pensamos, que vale la pena entender por qué no es una política viable según la evidencia hasta la fecha”, avisó la revista aún antes de que se diera a conocer en Europa que, con los últimos datos disponibles, quienes apostaron a aplanar la curva con la famosa inmunidad de rebaño provocaron más muertes.

En las últimas semanas, la “inmunidad de rebaño” se ha incorporado cada vez más en el lenguaje de la conferencia de la Secretaría de Salud y del doctor Hugo López-Gatell, el vocero de México para la emergencia sanitaria.

Apenas el pasado 16 de mayo, el titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud en México explicó qué significa la famosa “inmunidad de rebaño”. De acuerdo con el funcionario, se trata de un concepto importante en la epidemiología de las enfermedades infecciosas, ya que “permite tomar ciertas decisiones útiles a la práctica de la prevención y control de las epidemia”.

Hugo López-Gatell, titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud en México, en conferencia.

“¿Por qué se llama inmunidad de rebaño? Empiezo por el nombre: un rebaño es un conjunto de individuos de una especie. Típicamente, cuando pensamos en un rebaño, pensamos en ciertas especies de interés ganadero, pero ciertamente cualquier colectividad es un rebaño. Si son peces se llaman cardumen, si son cerdos, se llaman para, cada especie tiene su propio nombre, pero los fenómenos relevantes relacionados con las enfermedades infecciosas son semejantes en cualquier especie, incluidos los humanos”, detalló desde Palacio Nacional.

“¿Qué es importante aquí? Las enfermedades infecciosas se caracterizan por mecanismos de transmisión. Hay enfermedades que se transmiten por vía respiratoria, como es la COVID-19, la influenza y una enorme cantidad de virus y bacterias respiratorias. Hay enfermedades que se transmiten por otras vías: agua, alimentos. Hay enfermedades que se transmiten por sangre; hay enfermedades que se transmiten por contacto directo. Hay enfermedades que se transmiten por la contaminación del agua con elementos que están en la naturaleza. Hay una gran cantidad de mecanismos”, expuso entonces.

Quince días después de que se publicara el artículo de MIT Technology ReviewThe Guardian dio a conocer que, de hecho, sí era el plan de Gran Bretaña apostar a la inmunidad de rebaño. Perdió la apuesta. Pagaron los ciudadanos.

“El marco estaba equivocado”, dijo en un editorial. Gran Bretaña entró a la cuarentena el 23 de marzo. Para entonces, la desesperación de los abrumados médicos italianos se había transmitido por todo el mundo. Ese video, y un documento de asesoramiento del ahora famoso Imperial College que predijo hasta 250 mil muertes si se continuaba con la estrategia del Gobierno, destrozó el marco de inmunidad del rebaño”, dijo The Guardian en su editorial.

“Pero se habrían salvado vidas si se hubiera impuesto un distanciamiento social riguroso antes y se hubiera reducido la transmisión del virus. Esta es una verdad que debe ser reconocida por el Primer Ministro y su Gobierno. Todavía no hay vacuna, y no se puede volver a contemplar nada parecido a una estrategia de inmunidad de rebaño. Hasta que se pueda establecer un régimen de pruebas que coincida con la eficiencia de los de Alemania y Corea del Sur, deben mantenerse restricciones estrictas. No se deben tomar más riesgos innecesarios con la vida de las personas”, amonestó The Guardian el 30 de abril pasado.

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MIT Y LA INMUNIDAD DE REBAÑO

“Primero, incluso asumiendo que las personas que se enferman se vuelven inmunes, no tenemos idea de cuánto tiempo permanecerán inmunes. (Con algunos coronavirus, así como con la gripe común, la inmunidad dura menos de un año). Segundo, suponiendo que permanezcan inmunes, no tenemos idea de cuánto tiempo tomaría alcanzar la inmunidad del rebaño”, alertó MIT Technology Review en su artículo hace un mes.

Agregó: “La última incertidumbre proviene de algunas incógnitas grandes, aunque relacionadas. Primero, ¿qué tan contagioso es el virus? Cuanto más contagioso es, medido como R0, el número promedio de personas a las que una víctima transmite el virus, más personas necesitan ser inmunes para que la tasa de infección comience a disminuir. Pero las estimaciones de R0 varían. Estas estimaciones sugieren que entre la mitad y las tres cuartas partes de la población tiene que contagiarse”.

Segundo, indicó, “¿cuántas personas han sido infectadas hasta ahora? Estas estimaciones varían aún más. Un estudio del equipo del Imperial College estimó que el 28 de marzo, cuando Italia tenía poco menos de 100 mil casos conocidos, o menos del 0.2 por ciento de la población, el virus había infectado a un 10 por ciento de los italianos, la mayoría de los cuales no tenían síntomas o no se sintió lo suficientemente enfermo como para hacerse la prueba. Esa diferencia de 50 veces es mucho mayor de lo que suponen otras estimaciones”.

Tercero, “¿qué proporción de personas infectadas nunca tienen síntomas? La línea oficial de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos es que es del 25 por ciento, pero pequeños estudios de algunos brotes localizados han sugerido que podría estar más cerca del 50 por ciento. Esos apoyarían la teoría de que el virus ya está mucho más extendido”.

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LA AMARGURA DE SUECIA

“Anders Tegnell ya sabe que una de sus previsiones no se ha cumplido. El principal consejero científico del Gobierno sueco calculaba a principios de mayo que un 40 por ciento de los habitantes de Estocolmo habría desarrollado inmunidad ante la COVID-19 para finales de mes. Los estudios de seroprevalencia realizados en varios países indican que ningún país ha alcanzado ese umbral, ni siquiera los más castigados por el coronavirus”, reveló un artículo del periódico digital español ElDiario.es.

El realizado en España dio la cifra del 5 por ciento y un 11 por ciento en Madrid. Pruebas llevadas a cabo en 11 mil hogares de Inglaterra ofrecieron una cifra ínfima: un 0.27 por ciento. En Francia, un estudio científico afirmó que un 4.4 por ciento de la población había sido infectada.

En las zonas más dañadas, como París, no superaba el 10 por ciento. La mayoría de los epidemiólogos considera que, para que se pueda hablar de inmunidad de grupo, no menos del 60 por ciento debe haberse contagiado y desarrollado los anticuerpos que les permitirían no verse afectados por la enfermedad.

La idea de inmunidad de grupo era uno de los puntos con los que se justificaba la decisión de Suecia de rechazar las medidas drásticas de confinamiento adoptadas en Europa Occidental, incluidos los otros países escandinavos. Los colegios no se cerraron, sí las universidades.

Gráfico sobre la inmunidad de rebaño en Suecia.

Las prohibiciones habituales en Europa eran sólo recomendaciones, en general respetadas por la población. Tegnell estaba convencido de que el tiempo le daría la razón, lo que no ha ocurrido hasta ahora”, dice el texto de ElDiario.es.

“En otoño, habrá una segunda oleada. Suecia tendrá un alto nivel de inmunidad y el número de casos será probablemente bastante bajo. Pero Finlandia tendrá un muy bajo nivel de inmunidad. ¿Volverá Finlandia a decretar un confinamiento total?”, aseguró Tegnell a Financial Times.