La reina de Inglaterra, Isabel II, se reunirá hoy con varios miembros de la familia, entre ellos su nieto, el príncipe Enrique, tras la crisis provocada por éste y su esposa Meghan al anunciar su deseo de abandonar sus obligaciones en la realeza, una decisión que ha convulsionado al clan y a la opinión pública.

Según la prensa británica, el príncipe Enrique verá a su abuela en compañía de su padre, el príncipe Carlos, y de su hermano, el príncipe Guillermo, con quien mantiene relaciones tensas.

El encuentro se celebrará en la residencia privada de la Reina en Sandringham, en el este de Inglaterra. Meghan, quien se encuentra en Canadá, podría participar en el encuentro a través de una conferencia telefónica.

El ambiente será sin duda muy tenso, ya que la familia prácticamente se enteró por la prensa del deseo de Enrique, de 35 años, y de su esposa, la ex actriz estadunidense, de 38 años, de retirarse como miembros de primer rango de la familia real, vivir una parte del año en Estados Unidos y trabajar para adquirir independencia financiera, todo ello “sin dejar de apoyar plenamente a su majestad la reina”.

Según la prensa británica, la monarca, de 93 años, no fue consultada y está triste. Isabel II pidió a la familia que encuentre una “solución” al deseo de su nieto, sexto en el orden de sucesión al trono.

Algunos medios afirman que en el encuentro se abordarán varios temas como la cantidad de la asignación financiera que el príncipe Carlos atribuye al matrimonio, que son los ingresos principales de la pareja, los títulos reales y el alcance de las transacciones comerciales que Enrique y Meghan podrán emprender.

Estilo de vida Después de que los duques de Sussex hicieran público su deseo, el Palacio aseguraba que estas “son cuestiones complicadas que requieren tiempo para ser resueltas”. Señal del malestar que esta decisión ha creado en la familia real, uno de los periódicos londinenses publicaba ayer que el príncipe Guillermo siente que él y Enrique, muy unidos desde la muerte de su madre en 1997, se habían distanciado mucho.

“He puesto mi brazo sobre los hombros de mi hermano toda la vida pero ya no puedo seguir haciéndolo. Somos entidades separadas”, publicó el diario, citando una confesión que el príncipe Guillermo habría hecho a un amigo.

Enrique, Meghan y su hijo, Archie, de ocho meses, pasaron la Navidad en Canadá, y la ex actriz regresó a ese país esta semana. Se tomaron unas largas vacaciones tras haber expresado su malestar por las críticas de la prensa sensacionalista británica sobre los supuestos caprichos de Meghan Markle y su lujoso estilo de vida.

Enrique, que antes de sentar cabeza era conocido como el miembro más disipado y problemático de la familia real británica, siempre tuvo una difícil relación con la prensa y recientemente se querelló contra varios diarios asegurando que estaban acosando a su esposa como lo hicieron con su madre, Diana. Meghan y Enrique han renunciado a su parte de asignación mensual, aunque manifestaron su deseo de conservar sus títulos de duques, la protección policial y el uso del Frogmore Cottage, una casa en los terrenos del castillo de Windsor, al oeste de Londres, cuya renovación se pagó con 2.4 millones de libras del erario.

Sus intenciones,  “mezcla tóxica” Este deseo de la pareja de querer vivir al mismo tiempo como príncipes, pero disfrutando de los privilegios de los ciudadanos anónimos es una “mezcla tóxica”, en palabras de David McClure, experto en finanzas reales. “Esto nunca ha funcionado antes”, dijo. “¿Cómo se puede estar mitad dentro, mitad fuera?”.