Sin esposas ni cadenas, con una sudadera gris desgastada, pantalón caqui y tenis negros, demacrado y al borde del llanto, Genaro García Luna compareció en la Corte Este de Nueva York, donde se declaró inocente y abrió la puerta a someterse a juicio, pese que aún quedan dos audiencias por desahogar.

En una sesión no mayor de 15 minutos, la jueza de Nueva York Peggy Kuo negó poner en libertad bajo fianza a Genaro García Luna, acusado de narcotráfico y de mentir para obtener un pasaporte estadounidense.

Dos segundos antes de ingresar a la sala 2A que preside la juez Kuo, se escuchó cómo quitaron los grilletes de los pies de García Luna.

El sonido anunció su aparición. Encorvado y cabizbajo, García Luna entró a una sala de la corte federal de Brooklyn y a los pocos segundos firmó un documento.

Asistido en todo momento por una traductora, vistió una sudadera gris —usada y dos tallas mayor—, un pantalón de manta caqui, tenis negros con suela blanca y llevaba el cabello despeinado.

García Luna se declara inocente 

Durante su breve comparecencia, García Luna hizo una señal de “no” con la cabeza mientras los fiscales enunciaban los cargos en su contra.

El abogado de García Luna pidió a la jueza la conveniencia de dejar a su representado en libertad bajo fianza, a lo que se negó la Fiscalía, que advirtió del “riesgo de fuga”.

Esposa e hijos le piden “valor”

Demacrado e inquieto buscó entre el público a su familia, que estaba sentada en la segunda fila. Mientras le leían parte de los cargos, García Luna insistía en girar la cabeza en busca de su esposa y sus dos hijos. Cuando él los miró, le levantaron el puño varias veces, como pidiéndole fuerza, y le susurraron: “¡Valor!”.

La audiencia terminó con Kuo ordenando a García Luna que se quedara tras las rejas hasta la próxima audiencia, fechada para el martes 21 de enero.

“Mucho amor”, repetía la esposa del ex secretario de Seguridad Pública de México, mientras su hijo se tocaba el pecho y se acercaba a su padre mientras los oficiales de la corte llevaban a García Luna de regreso a su celda, según reportó el diario local New York Daily News.

Linda Pereyra, esposa del ex secretario, sus hijos y parte del equipo de abogados a la salida de los juzgados del Tribunal Federal.(EFE)

 

A punto del llanto, envía besos a su familia

Al retirarse, apunto del llanto, Genaro García Luna también se llevó la mano al pecho y envió un beso descompuesto a sus familiares.

Al final de la audiencia, su hija rompió en lágrimas y abrazó a su madre. Los familiares no quisieron hablar con la prensa.

La Fiscalía federal del Distrito Este de Nueva York acusa a García Luna, detenido el 9 de diciembre en Dallas, Texas, de tres cargos de conspirar para traficar cocaína a Estados Unidos y otro por falso testimonio.

La fiscal federal Richard Donoghue acusa a García Luna de aceptar millones de dólares en sobornos del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán Loera, ex líder del cártel de Sinaloa condenado a cadena perpetua por el mismo tribunal ante el que ahora se enfrenta el ex secretario de Seguridad de México.

El auto de acusación sostiene, además, que entre 2001 y 2012 aceptó sobornos a cambio de brindar protección al cártel de Sinaloa para sus actividades de narcotráfico.

Recuerda, también, que entre 2001 y el 2005, el acusado dirigió la Agencia Federal de Investigación (AFI) (creada en 2001 bajo la residencia de Vicente Fox que lo nombró al cargo) y de 2006 a 2012 fue el Secretario de Seguridad Pública, que controla la Policía Federal, bajo la presidencia de Felipe Calderón.