En forma valiente, pero también demasiado temeraria, la dueña de un negocio de artículos de belleza, en Guadalupe, logró ahuyentar a dos asaltantes, a pesar de que uno de ellos traía una pistola.

La afectada atendía el local junto con su hija de 15 años, y en ningún momento se amedrentó al ser encañonada, tal vez al recordar las otras ocasiones en las que fue víctima de un asalto.

Esto ocurrió el lunes en la plaza comercial Platino, de la colonia Arboledas de Acapulco.

Mientras la adolescente acomoda unas tarjetas en un exhibidor y la propietaria se prepara para cerrar, ingresa un sujeto joven, delgado y moreno, quien viste pantalón de mezclilla y sudadera negra con capucha.

Amenazante, el delincuente exige que le entreguen el dinero, al tiempo que les apunta a las víctimas con la pistola.

Tras reponerse de la primera impresión, y cuando ingresa el segundo maleante, con sudadera gris con mangas negras, la comerciante reacciona y se niega a ser víctima de un nuevo atraco.

Se encamina hacia el teléfono y les advierte que llamará a la policía, a la vez que reta al atracador.

Sorprendidos y contrariados, los delincuentes salen corriendo mientras la afectada les lanza improperios… y hasta el teléfono celular.

Tras la huida de los frustrados asaltantes, madre e hija piden auxilio y corren la voz entre los locatarios. Trascendió que la comerciante, quien tiene unos 10 años con su negocio, ha sufrido robos en otras ocasiones.

Este caso se dio en la víspera de que los diputados locales bajaron de último momento el dictamen con el que discutirían en el Pleno la reforma al Código Penal para ampliar el concepto de la legítima defensa a negocios.