Indignados familiares de seis niños y tres mujeres de la familia LeBarón que fueron asesinados en una emboscada en México instaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a aceptar la ayuda ofrecida por Estados Unidos para enfrentar a los cárteles de la droga.

Los funerales de las víctimas iniciaron el jueves, días después de que fallecieran tras quedar atrapadas en lo que el gobierno calificó como fuego cruzado durante una batalla entre el cártel de Juárez y el de Sinaloa.

Las madres y los niños pertenecían a una comunidad méxico-estadounidense que desde hace varias décadas vive en un remoto lugar del norte de México, hasta donde los dolientes llegaron después de recorrer cientos de kilómetros desde Estados Unidos.

«Realmente creo que los cárteles en México se han movido a otro nivel de barbarie, son tan malos o peores que ISIS. ISIS tiene (al menos) una ideología», dijo Rosa LeBarón, de 65 años, cuyos primos, sobrinas y sobrinos murieron en el ataque, en referencia al grupo yihadista fundamentalista Estado Islámico.

«¿Por qué lo hacen? Por codicia y pura maldad», agregó, tras asegurar que México debe dejar de lado el orgullo y aceptar la ayuda externa de un país vecino o una coalición internacional, como Naciones Unidas, para acabar con los cárteles.

Más de 250,000 mexicanos han sido asesinados y decenas de miles se encuentran desaparecidos desde que, a fines de 2006, el expresidente Felipe Calderón lanzó una «guerra contra el narcotráfico».