Jonathan Heath, quien será propuesto por AMLO para ocupar un cargo en Banxico, dijo que los ingresos públicos limitados y la polémica en la cancelación del NAIM son aspectos que podrían marcar un inicio difícil para el próximo mandatario.

 

 

 

El Gobierno del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, tendría un inicio “sumamente difícil”, con un ajustado presupuesto y un entorno que podría llevar a una desaceleración mayor a la anticipada, dijo Jonathan Heath , nominado para un puesto de subgobernador del banco central (Banxico).

López Obrador asumirá en diciembre su mandato de seis años con un escenario de política fiscal y monetaria restrictivas, un tardío arranque de la inversión pública y un sector privado que estará invirtiendo menos ante cambios en las reglas del juego, sostuvo el economista Jonathan Heath en una columna en el diario Reforma.

“Si de por sí casi siempre hay menos crecimiento en el primer año de Gobierno, ahora apunta a una desaceleración todavía mayor”, comentó.

El futuro mandatario planea incluir en el presupuesto sus proyectos insignia como ayudas monetarias a adultos mayores y jóvenes, reasignar empleados y oficinas públicas, invertir en un tren y una refinería en el sureste del país, frenar la exportación de petróleo y bajar impuestos a combustibles y en la zona fronteriza.

“Uno de los problemas mayores que enfrentará (el nuevo Gobierno) serán los ingresos públicos limitados”, dijo Heath, quien destacó que sin embargo “buena parte” de las propuestas de López Obrador limitarían “todavía más” la recaudación fiscal.

López Obrador nominará en diciembre a Heath como subgobernador del banco central, un puesto que debe ser ratificado por el Senado y en el que sustituiría a Manuel Ramos Francia, informó el futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.

Heath también dijo que la polémica cancelación de un aeropuerto en la capital del país con una inversión de 13 mil millones de dólares, anunciada el lunes, no solo implica “tirar a la basura” enormes recursos ya invertidos, sino crear costos adicionales al presupuesto que se conocerá en diciembre.

“Todo lo anterior implica una política fiscal muy austera, pero no sólo de un menor gasto, sino también de un impacto negativo sobre la actividad económica, especialmente en el primer año de Gobierno”, afirmó.

Heath señaló además que, la expectativa de nuevas alzas en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, sumará presión a la política monetaria de México “ya que será sumamente difícil disminuir tasas aquí si allá siguen subiendo”.

Analistas privados en el más reciente sondeo del banco central estimaron un crecimiento económico para México del 2.10 por ciento en 2018 y en 2019.

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