La confrontación entre grupos delictivos que luchan por el control de la región en el centro de Guerrero dejó un saldo en menos de dos meses de 23 transportistas muertos, diez desaparecidos y 12 desertores.

Los habitantes de Chilpancingo, Tixtla, Tierra Colorada, Chilapa, el valle del Ocotito y el Circuito Río Azul experimentaron actos de violentos en los últimos cinco años. Además de asesinar a los conductores, incendian sus vehículos en múltiples ocasiones con los cuerpos de las víctimas dentro.

Existe el miedo, pero la necesidad de mantener a sus familias los impulsa a seguir trabajando.

El 7 de agosto, hombres armados atacaron la base de la ruta Los Ángeles-Centro-Mercado, resultando en la muerte de tres choferes y la calcinación de una de las unidades.

Un mes antes, el 8 de julio, la violencia estalló con ataques directos a taxistas en las cercanías de Petaquillas. Además de las víctimas mortales, quemaron las unidades.

Esta semana, debido a la tensión que prevalece en la zona, los taxis de Tierra Colorada, la cabecera municipal de Juan R. Escudero, permanecieron inmovilizados por temor a más ataques.

Los asesinatos de las líderes Mariela Lozano Salgado y Marlen Adame Simón el 23 de octubre pasado agravaron el temor entre los conductores, quienes no han podido reanudar sus servicios de manera normal.

Un grupo significativo de conductores de taxis, urvans y mixtas de la zona Centro, así como de rutas de la Sierra, recibieron capacitación en primeros auxilios de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Protección Civil. Esto les permitirá reaccionar adecuadamente en caso de emergencia para ayudar a sus compañeros y pasajeros.

Los testimonios, siempre en el anónimato

Un taxista local, que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias, relató que entre sus colegas existe un temor constante de ser víctimas de ataques, dada la situación en los últimos meses.

“La verdad sí existe el miedo por todo lo que está pasando, han desaparecido varios compañeros, la verdad si da miedo, solo en dos meses han desparecido como diez compañeros”.

En este período (julio-agosto), al menos doce de sus colegas dejaron de trabajar debido a la inseguridad y el temor, optando por abandonar la ciudad o buscar otras formas de empleo.

Para muchos, no hay otra alternativa que continuar trabajando, ya que en Guerrero las opciones de empleo son limitadas, incluso para aquellos con educación superior que encontraron refugio en el sector del transporte.

Cuando se le preguntó si había considerado dejar de ser taxista, respondió que lo había pensado en varias ocasiones, pero abandonar su trabajo de la noche a la mañana no es fácil debido a la escasez de oportunidades laborales en la ciudad.

En cuanto a los cursos de capacitación, opinó que son beneficiosos para poder brindar asistencia a los pasajeros en caso de emergencia.

Apoyos económicos para las familias

Arturo Godínez Alarcón, presidente de la Movilidad, Unión de Transportistas y Organizaciones del Estado de Guerrero, anunció que el Gobierno Estatal apoya económicamente a las familias de los veintitrés transportistas asesinados.

Además, informó que los transportistas recibirán apoyo a través de proyectos sociales del gobierno estatal, lo cual consideró como una medida positiva para las familias que dependen de este gremio.

También señaló que el transporte público se está modernizando mediante la incorporación de códigos QR en sus unidades. Esto permitirá a los usuarios escanear el código para obtener información sobre el conductor, como su nombre y la organización a la que pertenece.

En la actualidad, Chilpancingo cuenta con operativos de seguridad implementados por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Guardia Nacional, el Ejército mexicano y la Fiscalía General del Estado (FGE).

Estos operativos permiten que el servicio de transporte público continúe funcionando, ya que, en momentos de aumento de la violencia, los choferes suelen detener sus actividades y resguardarse para evitar un aumento en las estadísticas negativas.

 

Fuente: Milenio