Ante el avance de la prohibición del aborto en Estados Unidos, en Chihuahua se conformó la Red Transfronteriza de Aborto, para ayudar a mujeres que habitan en el vecino país a que puedan tener un método seguro de interrupción del embarazo.

Desde 2019, las leyes que permitían que las mujeres estadounidenses acudieran a una clínica a realizarse un aborto de forma legal comenzaron a restringirse, lo cual ha dejado a las interesadas sin el derecho a decidir sobre su salud reproductiva.

Fue en septiembre de 2021 cuando se comenzaron a formar estas redes en Chihuahua, las cuales consisten en el envío de combos de medicamentos para la realización del aborto en casa, explica en entrevista para EL UNIVERSAL una integrante del colectivo Marea Verde Chihuahua, quien, por motivos de seguridad, reserva su identidad.

La activista indica que a raíz de la prohibición del aborto en Texas se comenzó a formar la colaboración con las redes mexicanas para enviar medicamentos, analgésicos y hasta toallas sanitarias para ser distribuidas a mujeres que lo necesitan.

“Ahora lo que está sucediendo a raíz de este estigma social y del problema que hay es que se empezaron a formar redes mexicanas, como la nuestra, las proveedurías de servicio. Ese fue el servicio que nosotros comenzamos a brindar o constituir”.

Esto se ha convertido en un modelo de acompañamiento mexicano y uno de los más efectivos, ya que incluso se alían con otros colectivos en otras partes de México para poder ayudar a las mujeres estadounidenses.

“Lo hacemos desde aquí [Chihuahua], es que estamos organizadas de la mano de redes que ya tienen más años trabajando, como lo es la Red Necesito Abortar, que está en Monterrey; con las Border, que están en Baja California; Redes, en Matamoros, y nosotras aquí en Chihuahua, con Red de Aborto Seguro Chihuahua y Marea Verde. Nos estamos uniendo más y consolidando los puentes, porque lo que hacemos es trabajar en el envío de medicamentos”.

Para el colectivo, esta red representa el llevar la lucha de la legalización del aborto más allá de las fronteras, ya que se trata de dar a conocer a las mujeres que tienen el derecho de decidir sobre la autonomía reproductiva.

“El poder tener, operar y accionar, y hacerlo más allá de las fronteras es algo revolucionario. Nos da una sensación de revolución sobre los cuerpos de las mujeres, una sensación de privilegio geográfico porque estamos en medio y es una oportunidad de oro para extender más esto”, asegura.

Logística

La integrante de Marea Verde detalla que cuando se trabaja en el envío del medicamento, se hace llegar en cantidades grandes a estas proveedurías. “Para nosotros no implica un riesgo, porque si bien en México el aborto no es legal, tampoco es ilegal del todo; tenemos cierta licencia de poder manejarnos así.

“No nos cuesta la libertad, más bien el riesgo es para quien recibe de aquel lado [Estados Unidos]”, asegura.

Para ello se utilizan mecanismos de seguridad que son lo más seguros posibles para cuidar a los ciudadanos, tanto hombres y mujeres que reciben el medicamento y también cuentan con centros de distribución.

“Nosotros desde aquí seguimos el acompañamiento virtual, que es a través de varias aplicaciones; por seguridad tenemos tres aplicaciones que tienen los centros de seguridad muy activados”, afirma.

Cuando el medicamento no se envía por medio de las proveedurías, se manda directo a mujeres que están en la frontera para cruzarlo a Estados Unidos por integrantes del colectivo que están en Ciudad Juárez.

El origen

Desde el gobierno de Donald Trump se comenzó con una avanzada por parte del frente Republicano para el retroceso de los derechos humanos, y más en los de las mujeres.

“Cuando esto sucede, empieza a haber cierta amenaza a los derechos que ya estaban constituidos, como era el derecho a decidir sobre los cuerpos, la autonomía reproductiva y la justicia reproductiva.

“¿Cómo se tradujo?, pues en las ciudades más conservadoras, como fue Texas, pero impulsando leyes que fueran punitivas, que no fueran desde el Congreso [de Estados Unidos], sino desde el Senado, para hacer las leyes ciudadanas”, señala la integrante del colectivo Marea Verde.

Un ejemplo de ello fue la llamada Ley del Primer Latido Heartbeat Law, aprobada en diferentes estados, la cual imposibilita a las mujeres el poder abortar después de la quinta semana de gestación y, para hacerlo antes, deberán contar con previa cita y autorización médica, pero no sólo de un especialista, sino de dos o tres.

“Cuando pasa eso comenzó a haber una criminalización social muy grande y las mujeres ya no se exponían, porque lo que buscaba esta ley no era castigar a las mujeres que abortaban, sino a quienes les ayudaban a abortar”, relata la activista.

Añade que desde que se emitió el fallo Roe vs. Wade, en Estados Unidos siempre existía la posibilidad de que las mujeres pudieran abortar en una clínica, porque era permitido o legal dentro de estos espacios, pero ahora con el fallo que emitió la Corte no será así.

Al pasar el tema de la Ley del Primer Latido, estallan de nuevo el estigma social y el miedo, sobre todo en los estados del sur de la Unión Americana, ya no sólo en Texas.

“Hasta ahora, las ciudades del sur de Texas son las que más han tenido incidencia en las solicitudes con nosotros de colaboración”, señala la integrante de Marea Verde.

Sin embargo, reconoce que la Red Transfronteriza de Aborto no lleva cifras de las mujeres a las que han logrado apoyar. “Lo que sí podemos sacar en un consenso muy general es que la mayor incidencia es en los barrios afrodescendientes, afroamericanos, latinos de los pueblos texanos y eso implica que son los barrios más pobres”.

Reflexiona que la radiografía de este servicio les ha mostrado que éste no es muy diferente el servicio allá y aquí.