Al expresar que pueden estarlo calumniando día y noche pero si se gobierna con honestidad no hay ningún problema, el presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que como opositor, el momento que más le afectó fue el “escándalo” de 2004 de su exsecretario particular, René Bejarano, que recibió fajos de billetes del empresario argentino Carlos Ahumada.

En su conferencia mañanera de este lunes en Palacio Nacional, López Obrador recordó que Brozo y Televisa dieron a conocer los videos y acusó que el videoescándalo fue propiciado por el expresidente Carlos Salinas de Gortari, por Diego Fernández de Cevallos “y creo que hasta intervino” Santiago Creel, a quienes Ahumada les entregó el material.

“Desde entonces no querían que llegara a donde estoy”, declaró.

“Cómo la gente iba a pensar que yo no estaba involucrado, si era mi secretario particular. ¡Increíble, fue un golpe durísimo! Ese me dolió más porque tuvo que ver con mi honestidad, que es lo que estimo más importante en mi vida, eso duele más, hablando de la conciencia”, dijo.

Aclaró que Bejarano ya no era su secretario particular y que no lo quitó del cargo.

López Obrador también recordó que cuando era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, a su secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, el empresario Ahumada lo grabó apostando dinero en Las Vegas.

“Eso fue durísimo”, agregó López Obrador y acusó que Ahumada tenía penetrado todo el Gobierno, “comprados a todos”.

López Obrador también recordó su proceso de desafuero alentado, dijo, por el expresidente Vicente Fox y por el entonces ministro de la Corte, Mariano Azuela.

“Ese fue durísimo en términos políticos, me desaforaron, me quitaron el cargo, pero aún así me dolió más el otro, el que tenía que ver con la honestidad, que el que tenía que ver más con lo político”, dijo.