La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitó este viernes la frontera con México por primera vez desde que llegó al cargo, un viaje en el que trató de sacudirse las críticas de la oposición republicana y se comprometió con un sistema migratorio más “humano“.

Harris se reunió con niñas migrantes de Centroamérica, trabajadores de la Patrulla Fronteriza y activistas durante una visita de varias horas a El Paso (Texas), como parte de la misión que ha asumido para contener la llegada de migrantes indocumentados a la frontera sur de Estados Unidos.

Cuando hablamos de lo que ocurre en la frontera, no perdamos de vista el hecho de que estamos hablando de seres humanos“, dijo Harris en una rueda de prensa al término de su visita.

Un discurso más humano

La vicepresidenta continuaba así su intento de suavizar el mensaje de “no vengan” que envió a los centroamericanos que se plantean emigrar durante su visita de este mes a Guatemala y México.

Después de que varios activistas y miembros de su partido criticaran la crudeza de ese mensaje, Harris aclaró, en una entrevista con Efe, que está “comprometida con garantizar” que quienes buscan asilo encuentren un “refugio seguro” en Estados Unidos.

Durante su visita a la frontera, Harris evitó repetir el duro mensaje de “no vengan“, además de subrayar su “compromiso absoluto” con garantizar que el sistema migratorio estadounidense sea “ordenado y humano”.

Y creo que estamos haciendo avances en ese sentido”, aseguró.

 

Kamala Harris Estados Unidos
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris (c), y la legisladora Veronica Escobar (i) visitan un centro de detención de inmigrantes de la Patrulla Fronteriza en El Paso,, Texas, este 25 de junio de 2021. Foto de EFE/Yuri Gripas/Pool

Reunión con niñas migrantes

La vicepresidenta también conoció a algunas solicitantes de asilo, en concreto a cinco niñas centroamericanas, de edades comprendidas entre los 9 y los 16 años, con las que se reunió en un centro de detención de migrantes de la Patrulla Fronteriza.

Ellas habían huido de peligros muy grandes allí, estaban sin sus padres, pero también estaban llenas de esperanza”, explicó Harris, al relatar que le preguntaron cómo se convirtió en la primera mujer vicepresidenta.

“Eso me recordó que este tema no puede reducirse a un tema político (partidista). Estamos hablando de niños, estamos hablando de familias, estamos hablando de sufrimiento”, subrayó.

Harris agregó que Estados Unidos necesita “una reforma migratoria” y que “el Congreso debe actuar”.

Pulso con los republicanos

La visita de Harris a la frontera llegó tres meses después de que el presidente Joe Biden le encargara la misión de coordinarse con los países del Triángulo Norte de Centroamérica para contener la llegada de migrantes a la frontera sur, que ha marcado récords desde marzo a mayo.

La vicepresidenta explicó que su cometido consistía en hacer frente a las causas de raíz que generan esos movimientos y era, por tanto, ante todo una labor diplomática con los países de origen y de tránsito, como México.

Sin embargo, la oposición republicana le dirigió fuertes críticas por no visitar la frontera y ver por sí misma los efectos de esa migración, algo que la Casa Blanca había delegado en otros miembros del gabinete, como el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

Después de semanas de resistirse, Harris programó finalmente esta visita a la frontera, pero una vez allí, insistió en que su trabajo principal seguirá centrado en las causas de la migración, no los “efectos” o los “síntomas”.

Lo que he escuchado y visto hoy reafirma en gran medida todo lo que escuché cuando estaba en Guatemala, todo lo que hablé con el presidente (Andrés Manuel) López Obrador en México sobre la alianza con México y sobre hacer frente a las causas de raíz”, indicó.

Aunque la Casa Blanca intentó tomar las riendas del relato, la visita estuvo dominada por las reacciones republicanas, empezando por la del expresidente Donald Trump (2017-2021), quien acusó a Harris de haber viajado allí solamente porque él tiene previsto hacer lo mismo el próximo 30 de junio.

¿Por qué El Paso?

Además, los dos senadores republicanos por Texas, Ted Cruz y John Cornyn, criticaron duramente a Harris por desplazarse a El Paso en lugar de, por ejemplo, al Valle del Río Grande, donde han llegado muchos más migrantes recientemente.

Kamala Harris está evitando el epicentro de la crisis fronteriza de Biden”, tuiteó Cruz este viernes.

La vicepresidenta justificó la elección de El Paso porque es allí donde el Gobierno de Trump “desveló su política de separación de niños” de sus padres, y uno de los sitios donde implementó el programa MPP, por el que se enviaba a México a los indocumentados que solicitaban asilo en Estados Unidos.

Mayorkas, que acompañaba a Harris, trató de asumir la responsabilidad y dijo que fue él quien recomendó la visita a El Paso, porque es “uno de los sectores más ajetreados de la frontera” y porque en él se notan los “avances” de su Gobierno.

Hoy, la situación aquí es drásticamente distinta (a la de marzo). El centro de la Patrulla Fronteriza ya no está abarrotado de niños”, defendió Mayorkas.

Además de visitar ese centro, Harris se trasladó hacia el puerto de entrada del puente internacional Paso del Norte, uno de los más transitados del país, e inspeccionó una zona donde se revisan las peticiones de los solicitantes de asilo que cruzan desde la mexicana Ciudad Juárez.

Después, Harris participó en una mesa redonda con activistas migratorios como Fernando García, quien aseguró que le había expresado a la vicepresidenta la necesidad de “cambiar la manera en que hablamos de los migrantes y de la frontera”.

“La vicepresidenta Kamala Harris realmente nos escuchó, escuchó nuestro mensaje”, aseguró a la prensa García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos (BNHR).