Tras su llegada a México para participar en varios eventos oficiales, el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, fue visto portando alrededor de su cuello una tarjeta de esterilización Virus Shut Out, que aunque prometen prevenir el contagio del covid-19, no han sido aprobadas por las autoridades de salud internacionales debido a su alto contenido de dióxido de cloro.

Los vendedores de las tarjetas afirman que este producto emite una “sana cantidad de dióxido de cloro” para eliminar más del 90 por ciento del coronavirus, por lo que son vendidas como soluciones “milagrosas” para prevenir la enfermedad al portarlas colgadas del cuello. El uso del dióxido de cloro no es nuevo y se ha querido usar para combatir enfermedades como una solución rápida, sin embargo, sus efectos en el organismo pueden provocar efectos adversos.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) alertó de no usar el producto para combatir el covid-19, pues se ha demostrado que el paciente puede empeorar su estado debido a los efectos de este compuesto, aunque en América Latina se ha utilizado en zonas como Perú y Bolivia.

Investigadores del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) mencionan que la única evidencia, y no es científica, que se tiene del uso del dióxido de cloro son videos en YouTube donde la gente explica los beneficios de este compuesto químico.

Sin embargo, ésta no es la primera vez que el mandatario se le ve usando este producto de origen japonés, pues, de acuerdo con medios locales, lo ha portado desde el año pasado, al igual que otros funcionarios bolivianos en los que se incluye a la ex presidenta interina Jeanine Áñez.

Las tarjetas se venden en el mercado mexicano e internacional y van de los 200 a los 400 pesos por un paquete de cuatro piezas, prometiendo “esterilización y protección” de 1.5 metros y una duración de 30 días.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un estudio donde se indica la alta toxicidad del dióxido de cloro. Las consecuencias de la ingesta dependerán de la dosis, pero pueden ir desde una intoxicación por cloro, quemaduras en la mucosa gástrica, sedación y hasta dificultad para respirar.