La expresidenta de Bolivia Jeanine Áñez fue detenida por la policía en la madrugada del sábado acusada de sedición y terrorismo por la crisis política de 2019 que precipitó la renuncia del entonces mandatario Evo Morales, informó el ministro de Gobierno.

“Informo al pueblo boliviano que la señora Jeanine Áñez fue aprehendida y en este momento se encuentra en manos de la policía”, dijo en su cuenta de Twitter el ministro Carlos Eduardo del Castillo.

Áñez, que gobernó el país de forma interina entre 2019 y 2020, fue detenida en Trinidad, la capital de la provincia nororiental de Beni, y trasladada a La Paz. Un juez de medidas cautelares decidirá si le concede el arresto domiciliario o si pasa a detención preventiva mientras avanza la investigación.

La exmandataria está acusada de promover un golpe de Estado contra Morales junto a varios líderes políticos. Tanto Áñez como otros opositores han rechazado la acusación y señalaron al actual presidente, Luis Arce, y a Morales por desatar una “persecución judicial” por venganza.

Por los mismos hechos fueron detenidos el viernes el que fuera ministro de Justicia durante su mandato, Álvaro Coimbra, y otro alto exfuncionario, ambos acusados en un proceso por terrorismo y sedición, informó el fiscal Omar Mejillones. Las autoridades buscan a otros colaboradores, así como a jefes militares y policiales. Entre los detenidos hay un oficial de la Armada.

El caso volvió a atizar la polémica que sumió al país en una grave crisis política tras las fallidas elecciones de 2019 en las que Morales buscaba la reelección para un cuarto mandato consecutivo. Los comicios fueron denunciados como fraudulentos, lo que provocó un estallido social que dejó 36 muertos y precipitó la renuncia de Morales y su asilo en México.

Tanto Arce como Morales y otros políticos del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) sostienen que en noviembre de 2019 hubo un golpe de Estado orquestado por la derecha. Los líderes de la oposición, por su parte, alegan que fue una rebelión popular contra el fraude y una “sucesión constitucional” motivada por la renuncia del presidente.

Áñez era entonces senadora y estaba habilitada para la sucesión. La exmandataria convocó elecciones para octubre de 2020 y Arce, el heredero político de Morales, obtuvo el 55% de los votos.

La expresidenta también acusó a su predecesor de terrorismo y presentó varias demandas judiciales en su contra que fueron desechadas tras el ascenso de Arce al poder.

Esta vez, una exdiputada del partido gobernante presentó hace dos meses una acusación contra Áñez y sus colaboradores por sedición y terrorismo que está siendo investigada por el Ministerio Público.

“El Poder Judicial es un instrumento de persecución, no es justicia. Buscan descabezar a la oposición instalando una falsa narrativa para desvirtuar el fraude”, declaró a una emisora de radio el expresidente Carlos Mesa, líder del principal partido de la oposición, Comunidad Ciudadana.

Según Mesa esta es una “acción de amedrentamiento” tras la derrota de MAS en los comicios locales y regionales de la semana pasada, cuyo recuento oficial aún no está cerrado.

Luis Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz y líder de las protestas contra Morales, denunció “persecución y amedrentamiento” en una carta a Arce. Camacho también está acusado pero no ha sido detenido.