Un grupo de mujeres indígenas aimaras de Bolivia propone castigar la infidelidad con cárcel e incluirla en la ley para garantizar una vida libre de violencia, ya que a su juicio es un factor determinante para que muchos hombres en el área rural las abandonen y ejerzan contra ellas otros tipos de violencia.

Un centenar de mujeres indígenas líderes de una veintena de municipios del departamento de La Paz se reunieron para debatir sobre la violencia hacia la mujer y resolvieron presentar un proyecto ante el Ministerio de Justicia para incluir la infidelidad en la ley que protege a las mujeres de las distintas violencias.

Mujeres indígenas líderes de La Paz, Bolivia. Foto de EFE

 

“Las mujeres identificaron que la raíz fundamental de la violencia intrafamiliar es la infidelidad, entonces ellas plantean que esto se debe cortar de raíz”, explica a Efe la directora del Centro de Desarrollo Integral de la Mujer Aymara (CDIMA), Alicia Canaviri.

Esa entidad sacó la resolución de la reunión de mujeres y ahora alista el proyecto que se presentará en las próximas semanas al Ministerio de Justicia, según comenta Canaviri.

El abandono

Las razones de las mujeres aimaras para proponer este cambio en la norma se debe a varios casos de “abandono” en las áreas rurales por parte de sus esposos que migran hacia la ciudad y que forman otra familia.

“Hay muchas mujeres abandonadas en el campo porque el hombre viene a la ciudad y consigue otra pareja y la primera se queda con los hijos sola”, explica la directora.

Los días de varias mujeres en distintas provincias se complican después de ser abandonadas porque muchas son “mal vistas” por la propia comunidad, tienen problemas para continuar con el trabajo en sus cultivos o ganado e incluso para sacar adelante a sus hijos, cuenta Canaviri.

“¿Dónde está la fidelidad que se han prometido?, ellas consideran que es muy grave porque la familia se deshace”, recalca la directora.

En otros casos, relata, los hombres comienzan a insultar a las esposas, a maltratarlas verbal y físicamente, les dicen que no valen para nada, que ya no son lindas ante sus ojos o que están envejeciendo cuando consiguen a otra mujer, situaciones que pueden derivar en un feminicidio.

“La mujer sufre violencia física porque el marido está con otra mujer, violencia psicológica porque es insultada, que no sirve, que es tonta, que no sabe cocinar, mientras por ejemplo, la otra, es profesional, nosotras nos quedamos indignadas con eso”, explica Canaviri.

Varias de las mujeres en el área rural no conocen la aplicación de la ley contra la violencia machista y no encuentran justicia en sus comunidades, indica a Efe la líder Virginia Benito.

En algunas ocasiones las autoridades indígenas intentan que la pareja se reconcilie y hay casos en que los hombres pactan “entre cervezas” para que les den la razón a ellos, agrega Benito.

“Necesitamos ser valoradas”, reivindica a Efe, Santusa Alejo, promotora comunitaria de la comunidad Jesús de Machaca, a unos 97 kilómetros de la ciudad de La Paz.

Sanción para los infieles

La norma que trabaja este grupo tiene la finalidad de sancionar la infidelidad tanto de hombres como de mujeres, la idea es que pueda ser “castigado” con cárcel dependiendo de la “gravedad”.

“La infidelidad no puede ser considerada como una situación normal de la vida porque está maltratando a la mujer y al conjunto de los miembros de la familia”, sostiene Canaviri.

Además, analizan si propondrán sanciones económicas o comunitarias como arreglar caminos para aquellos “infieles”.

Aún no tienen claro qué clase de pruebas se podrán presentar en estos casos o los años de pena de cárcel, pero están trabajando en esos puntos para presentar el proyecto.

Esta propuesta ha sido motivo de burla en redes sociales, pero las mujeres aseveran que esta situación es real, que “no es chiste” y que lo que buscan con ella es preservar la “dignidad” y la “integridad” de la mujer.

Con ello, esperan que “los hombres se abstengan de abandonar a su familia”, al igual que las mujeres, y “retomar los valores”, concluye Canaviri.

Aunque la norma aún está siendo estructurada, la directora ya recibió algunas llamadas de mujeres denunciando la infidelidad de sus parejas.

La Fiscalía boliviana ha registrado 7 mil 634 casos de violencia contra mujeres y menores de edad durante este año, y la mayor parte de ellos, unos 6 mil 344, están relacionados con “violencia familiar o doméstica”.

Según esos datos, los casos de violaciones a mujeres suman 351, los de abuso sexual 342 y las violaciones a menores 282.Desde enero hasta los primeros días de marzo, las autoridades bolivianas han reportado 24 feminicidios.