A pesar de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden emitió una orden ejecutiva el 20 de enero y envió una carta a la Cámara de Representantes para dejar sin efecto la “emergencia nacional” en los límites con México, “para que no se desvíen más dólares de los contribuyentes en la construcción de un muro en la frontera”, activistas denunciaron que cuadrillas de trabajadores y maquinaria no cesan en sus actividades de preparación del terreno en montañas y laderas al sur de Arizona.

El último reporte oficial durante la administración Trump es que se lograron levantar 453 millas del monstruo de acero y concreto con un costo de seis mil millones de dólares, es decir, 729 mil 33 kilómetros de valla en lugares tan sinuosos y recónditos, donde prácticamente sería imposible la migración ilegal, el cruce de droga o el tráfico de armas, pero que sí afecta el hábitat crítico de especies en peligro de extinción, como los últimos jaguares de Norteamérica.

En fotografías y videos difundidos por el Centro para la Diversidad Biológica se puede constatar que todavía el miércoles 10 de febrero las empresas contratistas continuaban nivelando las montañas de Arizona, a contracorriente de la instrucción del presidente de Estados Unidos.

Las obras ilegales fueron documentadas al oeste de Nogales dentro del Bosque Nacional Coronado por integrantes de la organización humanitaria Tucson Samaritans, quienes recorren el Desierto de Arizona para brindar apoyo con víveres, agua y asistencia médica a migrantes que buscan alcanzar el llamado sueño americano.

“Las alarmantes imágenes muestran a los equipos de construcción destruyendo cada centímetro de tierras salvajes vírgenes a su alcance, en lo que parece ser una flagrante violación a la orden de Biden de detener la construcción”, advirtió Laiken Jordahl, campañista del Centro para la Diversidad Biológica.

Ante esta situación, pidió al Gobierno de Estados Unidos investigar y obligar a las constructoras a detener sus actividades, aunque señaló, que “esto no será suficiente hasta que no se cancelen los contratos para siempre y trabajar con las comunidades fronterizas y las naciones tribales para reparar todo lo que Trump destruyó “.