El trato que el Gobierno de Estados Unidos da a los menores migrantes en la frontera del país con México es “compatible con la tortura“, tal y como se define en acuerdos multilaterales, según un artículo publicado por un grupo de pediatras.

El documento, publicado en el Diario Oficial de la Academia Estadounidense de Pediatras, asegura que la definición de tortura contra los niños se asemeja a la forma en la que el Gobierno del presidente, Donald Trump, trata a los menores migrantes detenidos en su intento de entrar al país, especialmente la separación de los menores de sus padres.

El trato que el Gobierno de Estados Unidos da a los menores migrantes en la frontera del país con México es “compatible con la tortura“, tal y como se define en acuerdos multilaterales, según un artículo publicado por un grupo de pediatras.

El documento, publicado en el Diario Oficial de la Academia Estadounidense de Pediatras, asegura que la definición de tortura contra los niños se asemeja a la forma en la que el Gobierno del presidente, Donald Trump, trata a los menores migrantes detenidos en su intento de entrar al país, especialmente la separación de los menores de sus padres.

Como resultado de este tratamiento, dicen, los niños han mostrado un “comportamiento traumático internalizado y regresivo”, que ha resultado en un “trastorno de ansiedad generalizada, depresión, trastorno de estrés postraumático e intentos de suicidio”.

“La mitigación de este trauma requerirá años de tratamiento e intervenciones intensas”, aseguran.

Y todo ello “patrocinado por el estado y dirigido por el presidente de los Estados Unidos“, denuncian.

En el pasado año fiscal, 30 mil 557 menores de edad que viajaban sin la compañía de un padre o tutor legal, en su mayoría centroamericanos, fueron detenidos en la frontera, a los que hay que sumar otras 52 mil 230 personas que fueron detenidas cuando ingresaron ilegalmente al país en grupos familiares (un adulto acompañado al menos por un menor).

Y miles de niños fueron separados de sus padres en la frontera por orden del Gobierno Trump y, a pesar de una orden judicial que obligaba a las autoridades a reunificarlos, más de dos años después más de 600 menores siguen sin poder reencontrarse con sus progenitores.

Por todo ello, los autores del artículo piden a pediatras y profesionales de la salud infantil a tomar acción para “detener y prevenir la tortura de niños migrantes en la frontera” a través de la investigación y difusión de las malas actuaciones de los políticos en esta materia.

Y, a nivel colectivo, piden a la Academia Estadounidense de Pediatras a emitir una declaración política contra la tortura infantil y contra la separación de las familias migrantes, así como iniciar y apoyar un caso contra Estados Unidos en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).