Pony es una orangután que pasó 7 años siendo prostituida en un burdel de Borneo, en Indonesia. Aunque fue rescatada y se encuentra lejos del abuso, las secuelas aún son visibles. Su historia ha conmovido a miles en redes sociales.

Su historia comenzó cuando fue separada de su madre con apenas meses de nacida. Tras ser capturara, empezó a pasar los días encadenada en un burdel donde trabajadores agrícolas abusaban de ella.

Diario la vestían, la maquillaban y la depilaban; esto último con severas consecuencias para su salud, pues las depilaciones le causaban llagas. Incluso se reporta que llegaba a usar perfume y joyas, todo esto a petición de sus abusadores.

Acaso no conoceríamos la historia de Pony y los abusos que sufrió de no ser porque alguien tuvo a bien denunciar la situación execrable en que vivía esta orangután. Pero no bastó solamente con una denuncia para que ella tuviera una mejor vida.

Primero tuvieron que rescatarla y para ellos hicieron falta más de 30 elementos del ejército indonesio que tuvieron que entrar por la fuerza al pueblo donde Pony era explotada.

En primer lugar, el hombre que prostituía a Pony se rehusaba a dejarla ir porque, alegaba, era su único medio de existencia; y en segundo lugar, se tuvo que lidiar con los demás pobladores, que tampoco querían que la orangután se fuera pues, aseguraban, su presencia les traía buena suerte.

De ahí que fuera imprescindible una excursión militar para su rescate. Cuando fue revisada por profesionales, se llegó a la conclusión de que tenía 7 años de edad, el equivalente a 14 años de edad humanos. Eso se traduce en que todos sus años de infancia, Pony los pasó encadenada y maquillada, siendo abusada sexualmente por varios hombres al día.

Su rehabilitación fue sumamente difícil. Por mucho tiempo, Pony solo fue atendida por mujeres, pues desarrolló una aversión hacia los hombres.

En cuanto veía uno, creía que se trataba de un cliente del burdel donde la prostituían. Según el presidente de la International Animal Rescue, Karmele Llano, cuando Pony veía un hombre corría a esconderse a un rincón y se orinaba.

Según la Fundación para la Supervivencia del Orangután de Borneo (BOSF, por sus siglas en inglés), a pesar de todos los obstáculos, Pony ha conseguido cumplir con su rehabilitación. Ahora se ha reintegrado a su estado salvaje como los demás orangutanes, aun cuando por muchos años solo conoció el cautiverio.

La historia de Pony, una orangután prostituida en Borneo

Pony en la actualidad. (Imagen: Especial)

El camino hacia ese estado fue complejo: entre otras habilidades, ha tenido que aprender a subir a los árboles, que desconocía por completo. Además ha tenido que aprender a explorar su habitat y a conseguir su propio alimento, sin depender de humanos.

Y aunque ahora tenga la oportunidad de llevar una vida apacible, difícilmente olvidará lo que por tanto tiempo vivió en compañía de los seres humanos.