Desde hace años, científicos de todo el mundo han trabajado incansablemente para imitar el proceso de fotosíntesis de las plantas, mismo con el que convierten, sin esfuerzo, la luz solar y el dióxido de carbono (CO2) en energía. Sin embargo, las técnicas de fotosíntesis artificial desarrolladas hasta el momento utilizan demasiada energía o generan subproductos no deseados.
Pero ahora, un grupo de investigadores logró crear un dispositivo independiente que puede convertir la luz solar, el CO2 y el agua en oxígeno y combustible.