La pandemia de coronavirus ha orillado a la cadena de tiendas de departamentos J.C. Penney a declararse en bancarrota. Es la cuarta minorista de gran tamaño que corre con la misma suerte.

Como parte de su reorganización, la compañía de 118 años de antigüedad dijo el viernes en la noche que cerrará algunas tiendas. El proceso será en fases de acuerdo al proceso del Capítulo 11, y los detalles de la primera etapa serán discutidos en las próximas semanas.

Penney es la minorista más grande que solicita una reestructuración por bancarrota a causa de los estragos financieros derivados de la pandemia. Previamente lo hicieron Neiman Marcus, J.Crew y Stage Stores. Se prevé que muchas otras minoristas corran con la misma suerte debido a la caída en las ventas. Tan sólo de marzo a abril, las ventas al menudeo cayeron 16.4 por ciento en Estados Unidos.

“La pandemia de coronavirus ha creado desafíos sin precedentes para nuestras familias, seres queridos, comunidades y nuestro país”, dijo el director general de Penney, Jill Soltau, en un comunicado. “Como resultado, el sector minorista de Estados Unidos ha experimentado una nueva realidad profundamente distinta, que obliga a J.C. Penney a tomar difíciles decisiones en la gestión de nuestro negocio a fin de proteger a nuestros socios y clientes, y el futuro de nuestra compañía”.

Muchos expertos son escépticos de que Penney sobreviva incluso si se deshiciera de su deuda y redujera su número de tiendas. Su oferta de moda y productos para el hogar no ha destacado durante años. Además, sus clientes de ingresos medios y bajos fueron los más afectados por los despidos a gran escala durante la pandemia. Muchos de ellos con seguridad aumentarán sus compras en tiendas de descuento, si es que compran, de acuerdo con analistas.

“Es una historia triste y larga”, dijo Ken Perkins, presidente de Retail Metrics, una firma investigadora del sector. “Penney no ofrece razón alguna para comprar ahí en comparación con sus competidores, sea Macy’s, T.J. Maxx o Walmart. ¿Cómo va a sobrevivir?”

Penney dijo que dispone de 500 millones de dólares en efectivo y que ha recibido compromisos de financiación por 900 millones de dólares que contribuirán a su funcionamiento durante la reestructuración. Dijo que examinará distintas opciones, incluida la venta de la compañía. La reestructuración permitirá a Penney reducir su deuda en varios miles de millones de dólares y tener más flexibilidad para vadear las secuelas financieras derivadas de la pandemia, dijo la compañía.