Tan sólo en el último mes, la Profepa y la PGR decomisaron en Torreón 17 bonetes y 25 noas saqueadas, plantas endémicas en peligro de extinción.

Otras especies de plantas han sido decomisadas tras ser extraídas de forma ilegal del desierto de Coahuila, por personas provenientes de Japón, Alemania y Estados Unidos, así como quienes se dedican a la medicina alternativa, o curanderos.

Rubén Rojas, director de la Curaduría de Plantas en el Museo del Desierto (Mude), señaló que este saqueo fractura el ecosistema desértico, pues cada planta es un eslabón para su funcionamiento.

La mayoría de quienes las extraen, aseguró el biólogo, es para su reproducción en otros países y uso medicinal, sin embargo, contamos con laboratorios que ponen a disposición tejidos o semillas para su conservación o traslado y de este modo no extraer los de campo.

“Nos perdemos de esa especie en territorio coahuilense y de las función correcta del ecosistema como un eslabón más, si bien hay plantas con propiedades medicinales como el peyote, su saqueo representa un despoblado que debería ser regulado por las autoridades, mientras que la colecta de algunas cactáceas para llevar fuera de México debería ser erradicada”, aseguró Rojas Meléndez.

Arturo González, director del Mude, lamentó el “desafortunado saqueo”.

“México cuenta con el 70% de todas las cactáceas del mundo, plantas increíbles que cuentan con bondades curativas, que generan química interesantísima que podría significar curas importantes”, comentó.

“No es necesario despoblar los desiertos, sino acudir con algún experto que diga de qué manera la puedes conseguir, pues nos convertimos en los principales depredadores de nuestros propios desiertos”, agregó.