‘Qué caso tiene que me detengas si podemos llegar a un acuerdo, déjame ir y te doy 100 mil dólares’, dijo Benjamín Yeshurun Sutchi o Ben Sutchi, como se hacía llamar, tras su detención.

Una tarde de junio de 2005, minutos después de ser detenido por la policía de la Ciudad de México, Benjamín Yeshurun Sutchi o Ben Sutchi como se hacía llamar –uno de los ejecutados a tiros el miércoles en Plaza Artz–, fue claro:

“Qué caso tiene que me detengas si podemos llegar a un acuerdo, déjame ir y te doy 100 mil dólares (un millón de pesos de aquel entonces)”, recordó Gabriel Regino, jefe de la Policía que en aquella ocasión coordinó la captura.

En entrevista con El Financiero, Regino recordó que él se desempeñaba como subsecretario de Seguridad Pública, el secretario era Marcelo Ebrard, hoy canciller.

Detalló que fue el CISEN, centro de inteligencia ya desaparecido, quien pidió el apoyo para lograr la detención de este personaje, quien contaba con Ficha Roja de la Interpol. Entonces de 29 años, Sutchi era buscado por asociación criminal o conducta mafiosa y homicidio.

“Conformé un equipo de operación especial táctico para darle seguimiento y, derivado de ello y labores de inteligencia, se le logró ubicarlo un día martes (28 de junio de 2005) cuando estaba en Presidente Masaryk”, detalló Regino ayer, 14 años después del evento.

“Se le subió a una patrulla y se le entrevistó para tener la certeza que se trataba de la persona requerida; él reconoció su identidad y, sin dudarlo, me hizo un ofrecimiento económico, no recuerdo bien, pero era algo así como un millón de pesos”.

Agregó que en aras de obtener más información de quién era y quién lo apoyaba, se accedió a su petición y le dieron un teléfono. Dijo que llamaría a Jorge Kuri Layón, El Coqui, pero al final se arrepintió.

“Le pasé mi teléfono para que le llamara, sin embargo, al darse cuenta de que lo que estábamos buscando era obtener más información sobre sus enlaces decidió ya no proporcionarnos más datos”.

El detenido fue trasladado a la Secretaría de Seguridad Pública y se dio parte a la embajada de Israel, al CISEN y las autoridades diplomáticas. “La gente de la embajada de Israel nos dijo que se trataba de sujeto con un alto perfil de peligrosidad, ya que había estado o estaba en el Mossad o tenía tácticas del Mossad, nos sugirieron poner una vigilancia extrema para evitar una fuga”.