El feminicidio infantil va a la alza, en los primeros tres meses de 2019 asesinaron a 29 menores.

El feminicidio infantil en México se ha incrementado de 2015 a la fecha. De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer trimestre de 2019 se han cometido 29 asesinatos de menores de 17 años, en promedio, 9.6 por mes, una cifra que supera en 71 por ciento los 5.6 cometidos en el mismo periodo de 2015.

En 2016, se cometieron 53 feminicidios infantiles; en 2017, 65 y en 2018, 86.

De acuerdo con el estudio Una visión de la violencia feminicida, infanticidio, homicidio y feminicidio infantil, elaborado por el Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, la aplicación inadecuada de marcos jurídicos, el crimen organizado, las deficiencias en la aplicación de la alerta de género, la violencia intrafamiliar, entre otras cosas, han causado el incremento.

Según el estudio, los menores son víctimas de 4 de cada 10 delitos sexuales; 28 mil 672 niñas víctimas de la violencia sexual son menores de 15 años.

El Estado de México ocupa el primer lugar en feminicidio infantil. Uno de ellos se convirtió en el primero de 2019.

Camila, de 9 años, decidió salir a tronar ratones (juegos pirotécnicos) en las calles de Poder Popular Francisco Villa, la colonia donde habitaba con sus padres, en Valle de Chalco.

Eran las 7 de la noche, cuando pidió a su padre –quien se estaba bañando– un encendedor antes de salir.

Marciano N, un vigilante de la zona que tenía contacto con la familia la miró durante un rato.

Anocheció y Camila no volvió a casa. Sus padres organizaron su búsqueda. Luego de horas de no hallarla, alguien recordó a Marciano con la mirada puesta en la menor. Fueron a su casa y, en uno de los cuartos, encontraron a la niña muerta y violada. Días después, este feminicida fue capturado y vinculado a proceso.

María Salguero, activista contra el feminicidio, asegura que los agresores de las menores, generalmente, son personas de su entorno. Si se trata de niñas de menos de seis años, los agresores son padrastros sin empleo, molestos porque no pueden controlar alguna conducta.

En niñas mayores, las agresiones provienen de personas de la comunidad (como en el caso de Camila), de la escuela y hasta del crimen organizado.

Para inhibir los feminicidios infantiles es necesario hacer funcionar las alertas. Las diferencias entre legislaciones provocan impunidad y ese es el principal obstáculo para detener los delitos: la impunidad, concluyó.

Por Nayeli Cortés y Elena Soto

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