Los brasileños tendrán que esperar hasta el próximo 28 de octubre para conocer quién será su próximo presidente, luego de que en la primera vuelta, realizada este domingo, no hubiera un vencedor definitivo. 

 

 

 

 

Como se anticipaba, Jair Bolsonaro y Fernando Haddad avanzaron a la segunda vuelta electoral, después de que ninguno de los candidatos obtuviera el 50% de votos más uno necesario para ser declarado ganador.

Bolsonaro, excapitán del Ejército y congresista, estuvo cerca de llegar a la cifra clave, pero se quedó con 46,5% de votos, según cifras preliminares, con el 97% escrutado, mientras que Haddad, exalcalde de Sao Paulo, tuvo 28,5%.

La campaña estuvo marcada por el ascenso del ultraderechista Bolsonaro, la inhabilitación del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien hizo campaña desde prisión, y nuevas revelaciones de la investigación anticorrupción Lava Jato, que lleva ya cuatro años y que ha sacudido a los partidos políticos establecidos en la nación de 200 millones de habitantes.

Brasil, además, se encuentra en medio de una prolongada recesión económica, así como en un entorno de violencia extrema que vio llegar las tasas de homicidios a niveles récord el año pasado.

La campaña de Bolsonaro

Pocos han salido ilesos de los inflamados ataques de Bolsonaro contra el movimiento progresista en Brasil. Constantemente se le compara con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el de Filipinas, Rodrigo Duterte.

Ha sido acusado por sus rivales de misoginia y homofobia. Una vez le dijo a una congresista, durante un debate parlamentario, que ella no merecía ser violada por ser “muy fea”, reportó la televisora brasileña Globo.

También dijo públicamente que preferiría ver a su hijo “morir en un accidente” que verlo llegar con otro hombre.

Durante un evento de campaña, el mes pasado, en la ciudad de Juiz de Fora, Bolsonaro fue apuñalado en el estómago. El incidente pareció simbolizar el territorio inexplorado al que se dirigía la elección y llevó al puntero al hospital donde permaneció varias semanas.

Bolsonaro comenzó a ascender en las encuestas tras el acuchillamiento, pero esto también provocó una campaña viral en redes sociales conocida como #elenao o “#ÉlNo”.

La semana pasada, miles de personas salieron a las calles en todo Brasil para expresar su rechazo a Bolsonaro, a menudo comparado con Adolf Hitler en carteles y cánticos.

Otros lo ven como el candidato contra lo establecido que drenará el pantano y enfrentará la violencia.

Conocidos los resultados, Bolsonaro publicó un video en redes sociales para agradecer a sus electores y hacer un análisis de los resultados.

“Agradezco a todos los brasileños, ganamos en cuatro regiones, perdimos en el noreste, pero nuestra votación en el noreste fue muy buena y estoy seguro de que Dios ayudará en la segunda vuelta”, afirmó Bolsonaro.

Haddad, el segundo lugar

Haddad, exalcalde de Sao Paulo, encabeza la fórmula del Partido de los Trabajadores. Él se convirtió en el candidato por defecto después de que la postulación de su compañero de fórmula, el expresidente Lula da Silva, fuera impedida por el Tribunal Supremo Electoral del país.

Lula encabezaba las encuestas a pesar de estar, desde abril, en la cárcel, donde cumple una condena de 12 años por corrupción y lavado de dinero.

Conocidos los resultados, Fernando Haddad dio declaraciones ante sus militantes y publicó algunos pasajes de su discurso en Twitter. “Vamos a mantener los puentes de diálogo abiertos en torno a un proyecto de país”, publicó en uno de sus tuits.

El voto es obligatorio en Brasil para todos los ciudadanos de 18 a 70 años. Las personas que no acuden a votar sin alguna justificación enfrentan multas y el riesgo de trabas burocráticas al momento de renovar el pasaporte y otros documentos de identidad.

Al menos 11% de los electores dejan sus boletas en blanco o seleccionan la casilla de indeciso, de acuerdo con estadísticas recientes de Ibope.

Los brasileños también votaron el domingo para elegir 27 gobernadores y cerca de 1.600 legisladores.

Kelly McCleary contribuyó en esta historia. Taylor Barnes reportó en Atlanta; Marcia Reverdosa, en Sao Paulo.

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