Washington, DC.- Dentro de un viejo almacén al sur de Texas, cientos de niños inmigrantes separados de sus padres aguardan en “jaulas” de metal.

Una de ellas tenía al menos 20 menores. En el suelo hay botellas de agua, bolsitas de papitas fritas y grandes láminas de papel aluminio para que se cubran del frío al dormir.

Una adolescente le dijo a un activista que la visitó, que ella estaba ayudando a cuidar a una niña pequeña que no conocía porque la tía de la menor se encontraba en algún lugar de la instalación.

La muchacha agregó que ella tuvo que enseñarles a los otros niños en su celda cómo cambiarle el pañal a la niña.

Las “jaulas” en cada sección desembocan en zonas comunes donde hay baños portátiles. Las luces en los techos están encendidas las 24 horas.

Más de 2 mil niños han sido separados de sus padres desde que el secretario de Justicia, Jeff Sessions anunció tal política, la cual ordena que los funcionarios de Seguridad Nacional refieran todos los casos de ingreso ilegal al país a fiscales para que les presenten cargos.

Instituciones religiosas y activistas por los derechos humanos han criticado fuertemente la política, calificándola de inhumana.

“Esos niños allí que han sido separados de sus padres ya están siendo traumatizados”, dijo el senador demócrata Jeff Merkley, a quien se le negó el ingreso a un albergue infantil. “El hecho de que se barra el piso y se tiendan las camas no representa ninguna diferencia”.

Una ´necesidad’

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, justificó la separación de niños de sus familias en la frontera alegando que es una “necesidad” para poder procesar a sus padres por ingresar ilegalmente al país.

“Yo no quiero niños siendo retirados de sus padres. Pero cuando buscamos procesar a los padres por venir aquí ilegalmente, algo que se debe hacer, hay que separar a los niños”, dijo el Mandatario ante pequeños empresarios.

Agregó que, la otra opción es no procesar a los inmigrantes que ingresan al territorio estadunidense en forma ilegal, y adelantó que el Gobierno no está dispuesto a hacer eso como parte de su política de ‘tolerancia cero’.

“Queremos poner fin a la crisis en la frontera mediante obtención de autoridad legal y recursos para detener y remover familias inmigrantes enteras y llevarlas a su país. Tenemos que llevarlos de retorno a su país”, dijo.

En la actualidad, el departamento de Salud y Servicios Humanos tiene bajo su cuidado nada menos que 11 mil 700 niños y menores de edad extranjeros, retenidos en unos 100 albergues distribuidos en 17 estados del país.

México condena

Tras señalar que la política de Estados Unidos de separar familias es “cruel e inhumana”, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, informó que se entregó una nota al gobierno de Donald Trump para condenar medida.

“Quiero, a nombre del gobierno y el pueblo de México, expresar nuestra más categórica y enérgica condena a una política migratoria cruel e inhumana”, dijo el canciller.

Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional a pronunciarse de manera clara.

Videgaray comentó que sólo 1% de los casos corresponde a menores mexicanos. “La mayoría son niños que provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador”, dijo, sin embargo aclaró que el gobierno mexicano “no puede mantenerse indiferente al tema”.

Informó que la mayoría de los niños mexicanos ha sido ya reunificado y repatriado con su familia, mientras que siete permanecen en albergues.

Se unen DH

Los ombudsman de México, Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras se unieron para solicitar conjuntamente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que emita medidas cautelares para que EU detenga la separación familiar.

“Los beneficiarios de dichas medidas cautelares son las niñas, niños y adolescentes migrantes que llegan con sus familias a la frontera sur de los Estados Unidos y que sean separados de las mismas por autoridades de ese país”, indicaron.

La petición, convocada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México, plantea también que se deben proteger los derechos a la integridad personal, la salud, la familia y la libertad personal.

Para los ombudsman resulta preocupante el cambio en la política migratoria de Estados Unidos, pues rompe el vínculo familiar.

Da espalda a ONU

En respuesta a los señalamientos internacionales, Estados Unidos se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, considerándolo una “cloaca” de prejuicios políticos y condenando la “hipocresía” de sus miembros.

La embajadora de EU ante Naciones Unidas, Nikki Haley, viajó a Washington para anunciar la decisión junto con el máximo representante diplomático del presidente Donald Trump, el secretario de Estado, Mike Pompeo.

Ambos insistieron en que EU seguirá siendo un país líder en la defensa de los derechos humanos.

Pero para muchos, la decisión reflejará la hostilidad de Trump hacia la diplomacia multilateral en general.

El anuncio tiene lugar luego de que el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, considerara “inadmisible” la controvertida política del gobierno estadunidense de separar a niños inmigrantes de sus padres en la frontera.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lamentó la decisión y puntualizó, “La arquitectura de derechos humanos de la ONU juega un papel muy importante en la promoción y protección de los derechos humanos en todo el mundo”.

Les rompe el corazón

Al menos cinco primeras damas de Norteamérica han reaccionado y criticado respecto al endurecimiento de las políticas migratorias del Gobierno de Trump.

Rosalynn Carter, esposa de Jimmy Carter, dijo que era una “vergüenza” para el país.

“Esta política de ‘tolerancia cero’ es cruel, es inmoral, me parte el corazón”, escribió Laura Bush, esposa del expresidente George W. Bush.

Michelle Obama, quien le sucedió como primera dama, retuiteó su mensaje con un comentario, “A veces la verdad va más allá de los partidos políticos”.

Hillary Clinton afirmó que “destrozar familias va contra los valores de Estados Unidos”.

Tienen a los niños como si fueran bestias: Padre Pantoja

Con conocimiento de causa, porque ha estado ahí, el padre Pedro Pantoja se unió a las voces internacionales que se han indignado al conocer la forma en cómo Estados Unidos mantiene a los niños migrantes “enjaulados” en centros de reasentamiento en Texas. El fundador de la Casa del Migrante compartió que ha sido testigo del horror y advierte que no es el único. “Yo he estado ahí; la vergüenza mas grande. Ni siquiera me dejaron hablar directamente con esos niños, todo fue tras las rejas de esas que son verdaderas jaulas, porque los tienen como si fuera un zoológico para encerrar bestias. Es necesario protestar por esa aberrante política de separación de los padres de sus hijos, lo utilizan como moneda de cambio brutal y criminal”, dijo. (Jesús Jiménez)

La ‘penosa’ estación

La estación migratoria ubicada en la colonia Ampliación Morelos en Saltillo presentaba una serie de irregularidades que derivó en graves violaciones a los derechos de los migrantes que ahí eran internados por el Instituto Nacional de Migración. Las camas eran un nido de chinches que infectaban a los migrantes de diversas enfermedades. A las personas se les mantenía recluidas sin explicarles su condición migratoria ni los derechos que tenían a pedir asilo político o solicitar el estatus de refugiado. No había suficiente agua para bañarse, por lo que pasaban varios días sin aseo personal, tampoco había agua para beber. Todas las irregularidades derivaron en su cierre definitivo en 2017. (Luis Durón)

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