Allegados históricos de Ricardo Anaya vienen manifestado algún malestar cada vez que están reunidos con el candidato panista y aparece el ex canciller Jorge Castañeda. El joven candidato panista despide en automático a todos para dar toda su atención al visitante.
Días atrás, el gobernador de Baja California, Kiko Vega de Lamadrid, protagonizó esa escena y se retiró con un evidente malhumor. “Yo traigo votos y recursos para la campaña y me tengo que salir por Castañeda que viene a comentar lo que vio en televisión”, disparó el mandatario estatal según pudo reconstruir LPO.
La tensión está desatada porque los operadores del PAN creen que Castañeda es el culpable de la actual desbandada de dirigentes por haber convencido a Anaya de las virtudes del Frente. Entienden que el PAN se asoció a dos partidos con muy poco peso a nivel nacional, muy diferentes a nivel ideológico y que la consecuencia es la pérdida de figuras que migran al PRI o a Morena.
Un dato demoledor que llega del CEN panista: de las 32 entidades en 15 se han generado fugas de panistas y casi siempre por inconformidades por los términos con los cuáles se negoció a nivel local el frente. Espacios que Anaya tuvo que ceder a fuerza para asegurar su candidatura presidencial.
A esto se suma que en los últimos meses Castañeda tuvo expresiones duras para con el Partido. Algunos mandatarios aseguran que su nivel de influencia sobre Anaya estaría ya empatado con el de Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano. “¿Y qué nos da a cambio?”, repiten.
En el entorno de a Anaya creían en un momento que Castañeda buscaba una pluri al Senado como independiente dentro del Frente pero ahora el dato que circula es que el objetivo es más ambicioso: Castañeda busca reemplazar a Gerónimo Gutiérrez en la embajada en Washington.
