La ministra Yasmín Esquivel, quien es acusada de plagiar su tesis de licenciatura en 1987 cuando estudiaba en la UNAM, habría hecho lo mismo con el trabajo con el que se convirtió en doctora en Derecho por la Universidad Anáhuac, de acuerdo con una investigación elaborada por el diario español El País publicada este viernes.

De acuerdo con una investigación publicada por los periodistas Zedryk Raziel y Beatriz Guillén, 209 de las 456 páginas de la tesis titulada “Los derechos fundamentales en el sistema jurídico mexicano y su defensa”, corresponden con trabajos publicados antes por otros 12 autores, dos de los cuales confirmaron el plagio a El País.

Entre las personas a las que Esquivel habría plagiado se encuentran: Jorge Carpizo MacGregor, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); un expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH); un exministro español de Cultura; un expresidente del Tribunal Supremo de España y abogados mexicanos, italianos, españoles y alemanes.

Esquivel entregó su tesis doctoral en 2008, cuando fungía como magistrada en el Tribunal Superior Agrario. Posteriormente, en diciembre de aquel año y enero del siguiente,  obtuvo el voto aprobatorio de siete sinodales de la Universidad Anáhuac. Finalmente, en junio de 2009 recibió su título de posgrado y para diciembre la Secretaría de Educación Pública (SEP) le expidió su cédula profesional de doctora.

Autores confirman plagio

José Manuel Rodríguez Uribes, quien fue ministro de Cultura y Deporte de España, afirmó en entrevista con El País que la jurista no citó su texto “Rousseau y los derechos humanos”, el cual se publicó en “Historia de los derechos fundamentales” (Dykinson, 1998). Según la investigación, el plagio corresponde al 46.5 por ciento de lo escrito por Esquivel en su tesis de doctorado.

“En el caso de mi capítulo, lo he reconocido inmediatamente, es una reproducción textual, literal, de páginas y páginas. Ella no pone comillas, por lo tanto es un plagio de libro, lo que ha hecho es un corta y pega. Es evidente que lo que ha hecho es copiar directamente. Lo he visto enseguida. No es una cuestión sutil. Lo ha hecho de una manera muy burda”, afirmó José Manuel Rodríguez.

Por ejemplo, El País realizó una comparación entre dos páginas del trabajo de la ministra y del exministro español Rodríguez Uribes, donde se marca con amarillo la parte del texto plagiada, mientras que en verde los párrafos con concordancia en el pie de página.

El periódico solicitó una entrevista con Yasmín Esquivel; sin embargo, no obtuvo respuesta; mientras que el director del proyecto, José Antonio Núñez, también se abstuvo a dar alguna declaración.

Asimismo, el abogado mexicano Miguel Carbonell confirmó a El País que la ministra copió varias páginas de su libro ” Los derechos fundamentales en México”, publicado por la UNAM en 2004.

Es plagio. Si entendemos por plagio el publicar con tu nombre un texto que tú no redactaste de manera original, es plagio. No hay otra manera de definirlo. Y ahí hay un aprovechamiento tanto del texto principal, que involucró un esfuerzo que yo hice al redactarlo, como de las fuentes que yo revisé para que nutrieran mi propio texto. Me parece un doble plagio, por el aprovechamiento de fuentes que no se revisaron de manera personal y que corresponden a un esfuerzo ajeno, un esfuerzo que me implicó tiempo, revisar acervos bibliográficos de otros países, dinero para sacar copias de los artículos, y que alguien llegue y se aproveche de esto, me parece que no hay otra manera de calificarlo”, afirmó al diario.

Carbonell explicó al medio español que Esquivel plagió su “obra cumbre”, para la cual utilizó libros y revistas que solo estaban disponibles en acervos de España, donde él redactó.

Las copias

Según lo revelado por El País, el plagio constituye el 46.5% de la tesis doctoral, sin contar el título, índice, agradecimientos y la bibliografía.

Los reporteros del diario español utilizaron el procesador de coincidencias de texto Turnitin y cotejaron en archivos bibliográficos para establecer que la ministra tomó extractos de las siguientes obras:

– “Derechos y garantías: la ley del más débil” (Trotta, 1999), de Luigi Ferrajoli

– “Los derechos fundamentales: apuntes de historia de las constituciones” (Trotta, 1996), de Maurizio Fiarovanti

– “Los derechos del hombre” (Reus, 1969),de José Castán Tobeñas

– “El concepto de derechos humanos” (IIDH, 1994) de Pedro Nikken

– “Naturaleza legal de los derechos fundamentales” de Rainer Arnold.

Una de las copias más largas que hizo la ministra fue a la obra del jurista italiano Luigi Ferrajoli, de quien a lo largo de 33 páginas reprodujo notas a pie de página, citas textuales y hojas enteras sin citar. En su tesis doctoral, la ministra “comienza citando a , cierra las comillas al final del párrafo y prosigue con el mismo texto que publicó el autor italiano años antes. Aunque de vez en cuando incorpora nociones de otros juristas”, describe El País.

Esquivel también reprodujo literalmente y sin atribuir 37 páginas de “Las garantías Individuales”, del constitucionalista mexicano Ignacio Burgoa Orihuela, según El País.  De igual forma, ella tomó capítulos de “El juicio de amparo”, escrito por este mismo abogado.

Asimismo,  Esquivel se adueñó de capítulos de la tesis de licenciatura presentada en 1968 por Jorge Carpizo MacGregor, quien  fue rector de la UNAM, Procurador General de la República, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y Secretario de Gobernación.

Otros autores cuya obra fue copiada son los abogados españoles Gregorio Peces-Barba Martínez,  Eusebio Fernández García y Antonio Enrique Pérez Luño.

“Algunos capítulos y subcapítulos de la tesis de Esquivel tienen el mismo nombre que eligieron los autores originales. La copia incluyó las citas al pie que los autores refirieron en sus obras. En algunos casos esas citas fueron tomadas por la ministra y llevadas al apartado de Bibliografía de su tesis como si ella misma las hubiera consultado de primera mano. Por ejemplo, un libro de Kant aparece en alemán y un libro de Bobbio está en italiano, porque así los consultó Pérez Luño en su capítulo publicado en Historia de los derechos fundamentales”, explican Zedryk Raziel y Beatriz Guillén en su reportaje.

 

Fuente: El Informador y Aristegui Noticias.