PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y Partido Verde viven el cambio de sexenio como fuerzas políticas aisladas que deben hacerle frente a resultados electorales adversos y numerosos problemas internos.

 

 

 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Tras los comicios del 1 de julio, en los cuales Morena obtuvo una mayoría aplastante en la Cámara de Diputados, el Senado de la República y 20 congresos locales, además de cinco gubernaturas, la actual oposición — PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde— se vislumbra disminuida, debido a los problemas internos que enfrenta cada instituto político y su incapacidad de conformar un bloque que sea un verdadero contrapeso al partido en el gobierno.

Hace un año, previo al inicio de las precampañas a la Presidencia de la República, estaba por formarse una alianza entre partidos de izquierda y derecha, la coalición Por México al Frente, que se integraría por PAN, PRD y MC, de la cual hoy no queda un solo vestigio.

Pese a que los tres institutos políticos habían señalado que dicha alianza no sólo sería de carácter electoral, sino también legislativo, lo cierto que a partir del 2 de julio el Frente fue deshecho, ya que los resultados electorales no fueron los esperados.

Aunque los números de la elección del 1 de julio no significaron la debacle, como fue el caso del PRI, que pasó a ser el partido en el gobierno y primera fuerza política a ocupar la tercera posición, para los partidos del Frente los resultados fueron disparejos.

PAN, SEGUNDA FUERZA

Como resultado de las elecciones del 1 de julio, Acción Nacional continuó como la segunda fuerza electoral en el país, duplicando en legisladores a la tercera fuerza: el PRI, y también a diferencia del tricolor que no pudo conquistar ninguna gubernatura en las pasadas elecciones, el PAN logró con sus candidatos tres victorias: Guanajuato, Puebla y Yucatán.

En este cambio de sexenio, el PAN cuenta con 12 gubernaturas. Adicionalmente, el PAN es la segunda fuerza política en San Lázaro, con 78 diputados, y en el Senado, con 24 escaños, aunque éstos son los números más pobres en sus bancadas en los últimos 20 años.

MC, EL QUE MÁS GANA

Sin duda, el partido más beneficiado por los resultados que arrojó la coalición Por México al Frente fue MC, que creció exponencialmente y alcanzó el mayor número de sus victorias. A través de sus siglas, Enrique Alfaro logró ganar la gubernatura de Jalisco.

Adicionalmente, Movimiento Ciudadano obtuvo importantes triunfos en la zona metropolitana de Guadalajara, las senadurías por mayoría en Nuevo León y la alcaldía de Milpa Alta, en la Ciudad de México.

En el Senado de la República, MC pasó de tener una senadora a obtener siete escaños; mientras que en San Lázaro aumentó de 20 a 28 diputados.

EL PRD PIERDE TODO

El PRD fue el peor librado tras los pasados comicios, ya que cedió a Morena sus principales bastiones en tres gubernaturas: Ciudad de México, Tabasco y Morelos. Actualmente sólo gobierna Michoacán, cuyo mandatario estatal, Silvano Aureoles, apoyó al candidato de otra colación a la Presidencia, a José Antonio Meade.

Los números en el Poder Legislativo para el sol azteca fueron catastróficos, pasó de ser la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados a la séptima, y actualmente cuenta con tan solo 20 diputados y se ubica por debajo de los institutos políticos que antes eran marginales, como PT, Encuentro Social y MC.

En el Senado, la situación del PRD también mermó y cuenta tan solo con cinco senadores, incluido Miguel Ángel Mancera, su coordinador parlamentario, que logró su escaño por las siglas del PAN pero cambió de bancada para fortalecer al grupo perredista.

CAMBIOS DE DIRIGENCIA

Hoy, cinco meses después de las elecciones, han sido renovadas las dirigencias de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, dejando en el destierro político al menos a dos de los líderes que impulsaron la coalición Por México al Frente hace un año: el panista Ricardo Anaya y la perredista Alejandra Barrales.

A diferencia de ellos dos, el exdirigente de MC, Dante Delgado Rannauro, se mantiene vigente como coordinador senatorial.

El PAN renovó su dirigencia con Marko Cortés Mendoza, quien si bien pertenece en origen al grupo de Anaya Cortés, tuvo que formar una nueva alianza con el grupo de los gobernadores panistas y con el senador poblano Rafael Moreno Valle.

Sin duda, el partido más afectado de la coalición fue el PRD, que se encuentra ante al gran reto de refundarse como instituto político de izquierda.

PRI, DESARTICULADO

A partir del golpe electoral que lo sumió en el tercer lugar nacional, el PRI suma males internos, traiciones y el silencio de sus tradicionales líderes, por lo que llega al cambio de sexenio más debilitado.

En los últimos meses, exgobernadores como Francisco Labastida, Arturo Montiel y César Camacho, entre otros, con un peso importante dentro del priismo, han mantenido distancia del activismo que la presidenta nacional del tricolor, Claudia Ruiz Massieu, emprendió por el país buscando fortalecer al partido mediante la unión de la militancia.

Para el profesor de Política Pública en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Cristopher Ballinas Valdés, “Morena fue una aplanadora en muchos sentidos porque no sólo se llevó el carro completo, sino desarticuló muchos liderazgos locales, por ejemplo el caso de (Manlio Fabio) Beltrones y (Francisco) Labastida”.

El académico apuntó, en entrevista con Excélsior, que el liderazgo de Ruiz Massieu tampoco ha ayudado a que el partido recobre la estructura y bases que lo alimentaban: el sector campesino, obrero y social, pues “dada la democratización se alinean con las personas que les ofrezcan solucionar sus problemas inmediatos”.

Y es que, frente a la llegada de Morena al poder, hoy queda más vulnerable que en la transición del año 2000, pues aun frente al triunfo de Vicente Fox todavía contaba con una sólida estructura estatal y muchas posiciones dentro del gobierno, “a diferencia de hoy”.

Antes de las elecciones el PRI contaba en el Congreso de la Unión con 54 senadores y 202 diputados, cifras que Morena incluso hoy rebasa; actualmente cuenta sólo con 15 escaños y 47 diputados, así como 12 gubernaturas.

VERDE, EL MÁS PRAGMÁTICO

El Partido Verde, histórico aliado político del PRI, también se ha visto debilitado, a pesar de su nueva alianza con Morena, porque dejó de ser el coprotagonista del partido del Presidente de México para sólo ser socio no declarado de Regeneración Nacional.

“El Verde es muy pragmático, cuando quiso hacer alianza con el PAN la hizo, con el PRI la hizo, y ahora no es la excepción, estamos viendo la cercanía de Manuel Velasco con Morena”, señala Ballinas Valdés.

“El Verde también debe tener un replanteamiento de todo lo que ha hecho, va a ser muy adaptable… pues necesita Morena de esos pequeños votos que parecía no se necesitaban”, opinó el académico.

cva

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