Tenemos un mercado abierto controlado “forzado” a una tarifa constante, sacrificando poder adquisitivo del consumidor y utilidades: experto. 

 

 

 

 

Las variaciones de precio que se presentan desde que se liberalizó el precio de la gasolina el año pasado han provocado que los grupos gasolineros reduzcan sus márgenes de ganancia para vender al menos el mismo volumen, lo que se puede observar en algunas marcas que han reducido el precio del litro, siendo más barato que en unidades de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Jesús Montoya, director de operaciones de Fullgas, explicó que este fenómeno se observa a escala nacional, producto de que muchos gasolineros están cediendo en cuanto a su utilidad con el objetivo de ser más competitivos frente a los altos precios.

“Eso provocó que el consumo en muchas unidades de negocio disminuyera, por lo que algunos gasolineros y grupos hemos hecho sacrificios, nos hemos apretado el cinturón para darle al cliente un precio más competitivo. No hay que olvidar que lo que busca la gente, además de hospitalidad, buen trato e imagen estética, es precio”, señaló.

Según cifras de Pemex, en México se venden 129 millones de litros de gasolina diarios en 5 millones de cargas, siendo el sexto consumidor a escala mundial.

De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el primero de enero de 2017 el precio promedio de la gasolina regular era de 15.99, el de la gasolina Premium estaba en 17.79 y del diésel en 17.04 pesos por litro. Según los precios promedio diario y mensuales en estaciones de servicio reportados por la CRE, al 30 de septiembre de 2018 el precio de la gasolina regular era de 19.27 pesos por litro, lo que representó un aumento de 20.5 por ciento respecto al costo del primero de enero de 2017; Premium 20.75, 15.6 y diésel 20.36 pesos, un aumento de 19.4 por ciento.

Ramses Pech, especialista del sector energético de Caraiva y Asociados, comentó que las gasolineras podrán sostener los precios sacrificando sus ganancias, pero dependen de los costos de logística, del crudo, del tipo de cambio y del impuesto especial a producción y servicios.

“Tenemos un mercado abierto controlado ‘forzado’ a un precio constante, sacrificando el poder adquisitivo del consumidor y reduciendo las ganancias al negocio de las gasolineras”, dijo. Montoya señaló que se han esforzado, junto con varios gasolineros de todo el país, en tratar de que pese a sacrificar margen de ganancia para ofrecer un precio más competitivo al cliente, no afecte tanto en su cartera.

Recordó que el origen de la reforma energética fue para que el cliente tuviera precios más baratos y más competitivos; sin embargo, en la realidad no se ha visto, y agregó que sacrificar la utilidad para mantener volúmenes de venta no es un ecosistema sano.

“Acabamos de constituir una asociación para entablar diálogo con la nueva administración y toda la gente que tiene que ver con el negocio para presentar iniciativas que ayuden a reducir el precio de los combustibles. Autoridad y gobierno necesitan el apoyo de empresarios y líderes del sector para hallar soluciones”.

Fullgas ha sumado estaciones de servicio a su marca bajo la modalidad de licencia para aprovechar las economías de escalas, dado que, aunque existen más de mil 271 estaciones de servicio de firmas distintas a Pemex, de las 12 mil que conforman el mercado, solo 230 tienen abasto propio, por lo que la gasolina de Pemex sigue siendo la más vendida.

“Existen mejores condiciones de compra para algunos grupos sobre todo para los muy grandes, ellos si pueden ganar lo mismo sin ceder mucho más margen y ofrecer mejor precio. Los grupos gasolineros pequeños o micros, con una dos unidades de negocio sacrifican más, entonces no es un fenómeno que se deba a las mejores condiciones del mercado de la reforma energética, sino a sacrificios individuales” explicó Montoya.

Por su parte, Ramses Pech señaló que Pemex tiene contratos con las refinerías que le ofrecen un mejor precio, pero éste no se traslada al consumidor, sino que se queda en quien les compró el combustible, en este caso, las marcas, lo que les permite “jugar” con el volumen.

“A mayor volumen, más barato pueden poner el precio; Pemex se convirtió en un trader porque es quien compra la gasolina en Estados Unidos y quién asume el costo para ponerlo en los puertos”, explicó.

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