De depresión, ansiedad e insomnio son los principales problemas de salud mental que más se padecen en Sonora, donde las atenciones se han incrementado 45% de 2009 a 2017.

 

 

 

 

“La OMS decía que en 2020 la depresión sería la causa número uno de discapacidad; sin embargo, ya estamos viendo, desde hace mucho tiempo, que es de las enfermedades más prevalentes que tenemos”, refirió el director estatal de Salud Mental y Adicciones, Juan Manuel Tong Payán.

De acuerdo con el funcionario, en 2009 la dependencia registró 49 mil consultas entre todos los problemas asociados a esta área, y para el año 2017 la cifra creció a 89 mil atenciones.

Citó que, si bien Sonora cuenta con 21 unidades destinadas a la salud mental y adicciones, uno de los déficits es en el número de médicos. Hay alrededor de 60 siquiatras en el Estado, mientras que la OMS recomienda tener entre ocho y nueve por cada 100 mil habitantes.

Es decir, Sonora tiene a tres especialistas por cada 100 mil habitantes.

Ricardo Páez Moreno, investigador del Programa de Bioética de la UNAM, consideró que a nivel País existe una gran deuda en la atención de la salud mental, causada por la ineficiencia de los pocos recursos que se le destinan, y que se refleja en el poco acceso de la mayoría de la población a estos servicios.

Cae en depresión; queda sin empleo
Aunque los síntomas que tenía eran físicos, el problema era mental. Al menos, ese fue el diagnóstico que “Pedro” recibió del siquiatra meses después de probar con cardiólogo y neurólogo, entre otros especialistas.

“Pedro” acababa de cumplir 30 años cuando varias pérdidas le hicieron caer en una depresión. Se quedó sin empleo, sin su maestría, sin pareja y sin dos miembros de su familia directa.

Su tratamiento, entre consultas y medicamentos,  le significó varios miles de pesos, pero alrededor de un año y medio después, “Pedro” empezó a recobrar su vida de antes.

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