Washington, 20 Ene.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple hoy el primer aniversario de su mandato, en medio de una crisis política y presupuestal que resultó en el cierre parcial del gobierno ante la falta de acuerdos con los demócratas en temas migratorios y de seguridad nacional, entre otros.

Trump, el novato de la política que llegó a la presidencia al mediodía del 20 de enero de 2017 con un nivel de aprobación del 45 por ciento, ha visto descender su popularidad al 39 por ciento, la más baja para un presidente en funciones desde el nacimiento de tales encuestas.

“Este es el aniversario número uno de mi presidencia y los demócratas quisieron darme un bonito regalo”, escribió Trump esta mañana en su cuenta personal de Twitter, donde ha acumulado 46.9 millones de seguidores.

Los demócratas frustraron ciertamente los planes de la magna celebración que Trump había organizado en su exclusivo club de Mar-A-Lago en Florida, toda vez que se vio forzado a permanecer en Washington, pero una parte del público culpa a Trump y a los republicanos por el descalabro legislativo.

De acuerdo con un sondeo de la cadena CNN, 47 por ciento de los estadunidenses responsabiliza a Trump o a los republicanos por la incapacidad de llegar a un acuerdo, en tanto que los demócratas se llevan el 31 por ciento de la culpa.

Aunque la Casa Blanca lanzó una ofensiva mediática para colocar a la inmigración indocumentada como la razón del problema, los sondeos coinciden que una abrumadora mayoría de la población apoya la legalización de los 690 mil beneficiarios de DACA y rechazan el cierre del gobierno.

Pese a las negociaciones, Trump mantuvo su condicionamiento a aprobar el alivio a los “dreamers” a cambio del dinero para el muro fronterizo, el fin de la inmigración en cadena y la eliminación de la lotería de visas. Las filas demócratas mantuvieron firme su demanda de protección a DACA y sus líderes no tuvieron la actitud para negociar un punto intermedio.

Tanto republicanos como demócratas creen sin embargo que serán capaces de ganar la batalla de la opinión pública y acumular dividendos de cara a las elecciones de noviembre, en momentos que los demócratas gozaban de impulso para buscar recuperar el control de la Cámara de Representantes y ser competitivos en el Senado.

Los demócratas ganaron durante los últimos meses, no sólo las gubernaturas de Virginia y Nueva Jersey, sino que asestaron una derrota histórica a los republicanos con su triunfo en el escaño senatorial de Alabama, donde Doug Jones se convirtió en el primer demócrata en ganar un asiento por el estado en 25 años, derrotando al impopular Roy Moore.

Estrategas demócratas creen que el triunfo en Alabama, con base en la inversión de recursos para movilizar votantes de las minorías, en especial mujeres, podría servir como hoja de ruta para reconquistar el control del Congreso en las elecciones de noviembre.

Trump, quien llegó a la presidencia ufanándose de su supuesta capacidad legendaria para cerrar acuerdos en el mundo inmobiliario, no sólo fue incapaz de cerrar el trato legislativo con los demócratas, sino que fue acusado de crear caos y torpedear la posibilidad de un acuerdo.

Durante los días previos al plazo para conjurar un cierre del gobierno federal, Trump rechazó el plan forjado por el senador Dick Durbin y el republicano Lindsay Graham que incluía dinero para la seguridad fronteriza, incluso el muro, a cambio de la extensión de protecciones para los beneficiarios de DACA.

Cuando era claro que los republicanos tenían que hacer concesiones para lograr apoyo demócrata, la mayoría republicana aceptó la extensión por seis años del Programa de Cobertura Médica Infantil (CHIP). Sin embargo, en un tuit, Trump dinamitó la propuesta afirmando que CHIP no tenía lugar en una ley temporal de gasto.

La intervención presidencial tuvo el efecto de crear desconcierto entre los republicanos, lo cual forzó a la Casa Blanca a clarificar que el presidente aceptaría cualquier acuerdo propuesto por los republicanos, incluido CHIP.

“Lo único que evita que lléguemos a un acuerdo, es el incesante flujo de caos procedente del otro lado de la avenida Pensilvania. El presidente ha reducido a los republicanos a escombros”, señaló el líder de los demócratas Charles Schumer.

Pero los republicanos dejaron en claro que su estrategia era ligar a los demócratas con el apoyo a los indocumentados. “La fijación de los demócratas con la inmigración ilegal nos ha impedido avanzar en las discusiones del gasto”, respondió el líder de los republicanos Mitch McConnell.

A sólo horas del cierre del gobierno, Trump convocó a Schumer a la Casa Blanca para buscar una salida negociada a la crisis, pero no hubo acuerdos.

Para la madrugada del sábado, cuando estaba en marcha el cierre parcial del gobierno ante la falta de un acuerdo legislativo, Schumer reveló que durante su reunión en la Casa Blanca los demócratas aceptaron poner en la mesa de discusión el tema del muro, pero aun así señaló que el presidente no quiso cerrar el trato.

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